El Ejército de Burundi mata a 126 refugiados hutus

Soldados del Ejército de Burundi, dominado por la minoría tutsi, mataron el viernes a 126 hutus que acababan de regresar a su país después de haber sido expulsados de Tanzania. Así lo reconoció ayer el teniente coronel Isaie Nibizi: "Todos ellos resultaron muertos cuando intentaban abandonar un centro de detención". Nibizi condenó la matanza, que ocurrió en la provincia de Muyinga, al noreste del país, y reveló que siete soldados implicados en los hechos habían sido arrestados. "Los siete soldados implicados en los disparos han sido detenidos y serán llevados ante un tribunal", señaló Nibizi, en una desacostumbrada admisión de culpa por parte del Ejército burundés, que el 25 de julio del año pasado derrocó al presidente del país, el hutu Sylvestre Ntibantunganya, y puso en su lugar al ex presidente y comandante Pierre Buyoya, un tutsi. El golpe provocó la condena de los países de la región, que impusieron un severo embargo que no parece haber estrangulado la economía del pequeño país centroafricano gemelo de Ruanda y con quien comparte el mismo desequilibrio étnico: 85% de hutus, 14% de tutsis y 1% de pigmeos.

Jean-Luc Ndizeye, portavoz de Buyoya, aseguró que el Gobierno está investigando el incidente: "Estamos al tanto de lo ocurrido y llevando a cabo nuestras propias investigaciones". La última matanza en el atormentado país centroafricano trascendió un día después de que varios testigos y otras fuentes acusaran al Ejército de la muerte de al menos 83 civiles en una operación el pasado domingo cerca de Rutegama, a 65 kilómetros de Bujumbura.

Burundi vive en una inestabilidad permanente desde que varios militares asesinaran en octubre de 1993 al primer presidente elegido democráticamente, Melchior Ndadaye, un hutu. La guerra civil no declarada se ha cobrado unas 150.000 vidas desde entonces.