Atentado fallido de ETA al lanzar cinco granadas contra el aeropuerto de Barajas
ETA atacó sin éxito el aeropuerto de Madrid-Barajas en el día de Reyes. La banda terrorista lanzó de madrugada cinco granadas del Ejército contra la zona de aparcamiento de aviones. Ninguna alcanzó su objetivo. Tres de los cinco artefactos estallaron a menos de 500 metros del aeropuerto y los otros dos no llegaron a explotar. Dos horas antes del atentado, ETA lo anunció mediante llamada telefónica al diario Egin y a la Central de Ayuda en Carretera. No hubo víctimas, pero una de las granadas dañó un camión aparcado en las cercanías. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, teme un próximo atentado terrorista de gravedad en Madrid como respuesta de ETA a los últimos éxitos policiales.
Los terroristas dispararon las granadas desde una calle próxima a la carretera de Barcelona, a menos de un kilómetro del aeropuerto. Ayer al mediodía, los artificieros del Tedax localizaron y explosionaron las dos granadas en un solar anexo al aeropuerto. "ETA se ha querido hacer notar en Madrid en una fecha tan especial, aunque han fracasado en su intento", señaló el delegado del Gobierno de Madrid, Pedro Nuñez Morgades.Según las primeras investigaciones policiales, un posible fallo en la carga del lanzagranadas frustró los propósitos de los terroristas. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, advirtió ayer, en la celebración de la Pascua Militar, que se' esperaba en los primeros días de 1997 un nuevo ataque terrorista en Madrid como respuesta a los últimos golpes policiales asestados a la banda.
Mayor Oreja comentó que ETA está en un proceso de degradación y que su final no es previsible en un plazo de meses, aunque tampoco en veinte años, y cifró entre cinco y siete años la posible pacificación del País Vasco.
La llamada telefónica de los terroristas activó los servicios de emergencia del aeropuerto madrileño a las 0.05 del lunes. El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil ordenaron el desalojo de numerosos departamentos del aeropuerto que paralizó su actividad durante media hora, según los responsables de Barajas. Se revisaron zonas menos vigiladas: servicios, zonas de carga y areas reservadas. Artíficieros y perros adiestrados de la Unidad Antiterrorista registraron los espacios más vulnerables.
A la una de la madrugada estallaba la primera granada en la calle Escorpión, a 800 metros de¡ aeropuerto. Las granadas antipersonal, Mekar-47, con 50 gramos de munición, habían sido propulsadas desde cinco tubos y mediante un sistema de control remoto. El primer artefacto explotaba en la caja del camión de la empresa Puertas Cruz, junto a la casa de la familia propietaria. La onda expansiva destrozó la luna de la cabina. Los inquilinos de la vivienda avisaron a la Policía Nacional, que llegó a ver el tremendo boquete de la caja del camión y las lunas rotas en la cabina. Tras revisar la zona se marcharon. Creyeron que "se trataba de una broma pesada o un caso extraño", según comentaron los agentes a la familia Cruz.
Pero a las dos de la madrugada volvían a producirse dos detonaciones. La policía regresó y descubrió entonces el lanzagranadas compuesto por cinco tubos en la calle de Escorpión, según señalaron los vecinos. Junto a los tubos encontraron un temporizador envuelto en una tartera de 25 centímetros con el que los terroristas programaron los lanzamientos. La maquinaria estaba colocada junto a un transformador eléctrico de la calle Escorpión, paralela al kilómetro 12 de la carretera de Barcelona (N-II). Unos matorrales ocultaban los tubos.
Los servicios de Desactivación de Explosivos del Cuerpo Nacional de Policía confirmaron al amanecer que habían estallado sólo tres granadas. A lo largo de la mañana inspeccionaron las zonas anexas a Barajas en busca de nuevos explosivos. Hallaron otros. dos que emitían un zumbido que hacía temer una detonación inminente. La desactivación se pospuso hasta las tres.
A tenor de las investigaciones policiales, las cinco granadas pertenecían al Ejército de Tierra. "Se trata de pequeños explosivos con una carga míninima de exhiolita", indicó uno de los mandos policiales. El resto de la maquinaria tenía el sello de la banda terrorista. "El temporizador y el mecanismo utilizado para lanzar las granadas son marca de ETA, pero eran muy chapuzeros", dijo.
A las tres de la tarde, la banda terrorista asumió el atentado mediante una llamada al periódico Egin. El aeropuerto de Barajas ya sufrió un golpe de ETA en julio de 1979: tembló con seis kilos de explosivos colocados en la consigna de llegadas nacionales y murio una persona.
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