Harry Hemlsley, magnate de la hostelería
Harry HernIsley, el multimillonarío estadounidense propietario de gran número de hoteles neoyorquinos, cuya esposa estuvo encarcelada por fraude fiscal, murió el sábado, a los 87 años, según informó ayer el portavoz de su compañía. HemIsley murió de neumonía en un hospital de Scottsdale (Arizona), después de pasar una temporada enfermo y de haber sido internado hace una semana. Su esposa, Leona, según el portavoz, estaba a su lado en el momento del fallecimiento.Hijo de un vendedor de productos secos, HernIsley, que nació en marzo de 1909 y nunca fue al colegio, empezó a trabajar alos 16 años como muchacho de los recados en una oficina inmobiliaria, de la que con el tiempo llegó a ser propietario y la convirtió en el imperio hotelero HernIsley-Apear Inc.
En cierta ocasión comentó: "El mejor consejo que recibí de mi madre fue simple: 'Compra bienes inmuebles', y como soy un hijo obediente compré y compré por todo el país". Su primera propiedad, un edificio de oficinas de una sola planta, la adquirió en 1936 por 1.000 dólares, y una década después lo vendió por 165.000. En la década de los cincuenta ya era propietario de 27 hoteles y unos 50.000 pisos de alquiler, además de mayorista del popular rascacielos neoyorquino Empire State Building. En 1996, la revista económica Forbes cifró su fortuna en 1.700 millones de dólares.
En 1988, los HernIsley fueron acusados de evasión fiscal, pero Henry fue exculpado por pérdida de memoria y achaques seniles. Su segunda esposa, Leona M. Rosenrithal, con la que se casó en 1971, se hizo con el control de los hoteles HemIsley en los años ochenta. En 1989, Leona fue acusada de evadir 1,2 millones de dólares (unos 157 millones de pesetas) al fisco y fue condenada a cuatro años de cárcel, al pago de una multa de 7,1 millones de dólares, además de los 1,7 que debía en impuestos, y a cumplir 750 horas de trabajo comunitario. Más tarde fue sentenciada a 30 meses y, tras su buena conducta en prisión, pudo reducir su pena a 18 meses de cárcel. El día en que fue encarcelada, su esposo ordenó que el Empire State Building quedara a oscuras, gesto que ahora, a su muerte, le ha devuelto Leona.
Pero en las finanzas de Henilsley no todo fue especulación. También realizó obras caritativas y filantrópicas. En 1986 donó 33 millones de dólares al hospital Cornell Medical Center, de Nueva York-
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