El desahogo de los muchachotes
Sindicato del Crimen, Def Con DosLa segunda noche de Actual 97 estuvo consagrada a uno de los grandes paradigmas sonoros de los años noventa: no tiene un nombre aceptado comunmente pero es el solapamiento entre el heavy metal y el punk rock con el funk o el hip hop. Y logró una buena entrada para desarrollarse en una noche gélida en la que las voces de la cordura recomendaban no sacar el coche. Pero Logroño forma parte, en términos estéticos, de la Zona Norte y allí domina la dureza musical entre el público del rock.El cartel resultaba prometedor ya que juntaba a pioneros del hip hop madrileño (Sindicato del Crimen) con triunfadores del híbrido arriba mencionado (Def Con Dos). Astuto emparejamiento. Periferia proletaria -el Sindicato tiene su base en Valdemoro- contra bohemia de Malasaña. En más de una ocasión se ha hablado de plagio de conceptos entre ambos grupos pero en La Rioja la sangre no llegó al río: no hubo confraternización pero tampoco enfrentamiento.
Sindicato del Crimen: Terry I
D. (voz); Miguel Moraleda (voz); Roberto Rodríguez (teclados y sampler); Tony Tirado (guitarra); Agustín Pérez (bajo); Javier Sánchez (batería). Def Con Dos: César Strawberry (voz); Peón Kurtz (voz); Juanito Sangre (voz); Mala Fe (guitarra); El Gauchito (guitarra); J. Al-Andalus (bajo); Little Boy (batería).Frontón Adárraga, Logroño. 3 de enero. 1.100 pesetas. 1.500 personas.
Sindicato del Crimen ha evolucionado desde sus inicios como los duros de la primera oleada del hip hop nacional: pueden usar el soniquete del rap y ensamblar sampleados, pero ahora se trata de un grupo de rock. Ruido y furia es la propuesta del sexteto en su segundo disco, Que aproveche, que constituyó el núcleo de su repertorio. Desdichadamente esas letras que son manifiestos de un rechazo visceral o crónicas de pesadillas se perdían en un recinto cavernoso que nunca se planteó acoger a la música entre sus paredes. Así que nos quedamos sin saber si la aparición final del monstruo de látex y el lanzamiento de patas de pollo implicaban algún mensaje milenarista.
Def Con Dos sufrió idénticas zancadillas ambientales pero sus frases lapidarias se han difundido más y los oyentes podían insertar mentalmente lo que se extraviaba entre rebotes sonoros y volumen brutal. Tanto poderío les permite incluso prescindir en algún momento de los instrumentos y dedicarse a rapear sobre las partes pregrabadas. Siempre atentos a la actualidad, sumaron el nombre de Juan Antonio Canta a su lista de "odiados mártires del rock".
De hecho, Def Con Dos goza de tal predicamento entre su tribu que no se corta un pelo: el grupo ofreció un recital completo, casi 30 temas incluyendo las dos tandas de bises. Con lo que llegó un momento en que no se sabía si la jaqueca era producto del machaqueo implacable o del frío del recinto. Pero el núcleo que agitaba melenas, que brincaba incansable y se lanzaba sobre las cabezas de sus correligionarios no parecía sentir ninguna dolencia. Hoy, como ayer, el rock sirve para descargar adrenalina e insultar a la bestia. Cualquiera que sea la bestia.
Babelia
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