Soy feliz...

Me levanto por la mañana y no sé lo que voy a hacer hoy. Estoy en paro, pero soy feliz. ¿Buscar trabajo? Se está convirtiendo en todo un arte, y yo no he nacido para el arte.Enciendo la televisión. La emoción me embarga. Veo a mi presidente muy contento con sus colegas europeos. Soy feliz, ya somos europeos. Qué alegría, soy un parado europeo. Me seduce la idea de que me den con la puerta en las narices en francés, italiano, alemán, griego; podré escuchar cómo me dicen: "Ya te llamaremos", incluso en inglés. Soy feliz, ya decía yo que para algo tenían que servir tantas horas de clase.

Enciendo la radio y soy feliz. Escucho una voz que suena poderosa, con acento andaluz. La logro distinguir, quien habla es el ministro de Trabajo. ¿Cuántos puestos de trabajo ha dicho que va, a crear? Ja, ja, ja. El señor ministro me hace feliz. Esa canción la he escuchado en alguna parte. Soy feliz, con un poco de suerte conseguiré un maravilloso contrato de tres meses, 10 horas de trabajo diarias, todo por un sueldo mínimo. Al fin y al cabo, cumplo dos buenas condiciones, soy joven y sin experiencia.

Abro EL PAÍS y soy feliz. Me alegra la idea de que hayan admitido a 20.000 personas más en mi empresa. Ya somos unos pocos más los "inútiles", lastre para la sociedad. Me siento más acompañado, dicen que la unión hace la fuerza.-