_
_
_
_

Dos vagabundos, hallados muertos en la calle

El corazón de dos vagabundos se paró ayer en Madrid en un amanecer gélido. Dionisio Peneitez, El Cartones, de 55 años, fue hallado muerto a las nueve de la mañana en el número 5 de la calle del Naranjo (Tetuán). Falleció acurrucado en el portal de una tienda de reparación de electrodomésticos. Media hora después, en el parque de Berlín (Chamartín), la Policía Municipal encontró el cadáver de otro indigente. Un hombre de unos 50 años y sin identificar dejaba de respirar acompañado de una botella de vino. La Jefatura Superior de Policía informó que el frío acabó con los dos indigentes. Los médicos del Samur lo desmintieron. Madrid durmió a un grado bajo cero.PASA A LA PÁGINA 3

El chatarrero de Tetuán

Un indigente murió de cirrosis y otro asfixiado, según el diagnóstico de los médicos municipales

El otro indigente hallado muerto en Madrid yacía sobre un banco del parque de Berlín, situado en la calle de Ramón y Cajal. A su lado se encontró una bolsa con comida y una botella de vino de plástico. Iba vestido con un abrigo y un pantalón de pana, y como siempre, tapaba su larga melena con una gorrita de béisbol. "No parecía muerto a simple vista", dijo un vecino. "Más bien parecía dormido, hasta que llamaron al Samur y dijeron que no vivía", apuntó. En su bolsillo, 230 pesetas.El fallecido rondaba la zona del parque de Berlín desde el pasado verano. Desde el mes de agosto pasó los día enteros en este pulmón de Chamartín. Y su principal ocupación era cuidar el parque, según cuentan los paseantes. "No dejaba nunca que los pequeños estropeasen las plantas o ensuciasen los caminos, y se metía con ellos", explicó Fernando Caballero, propietario del bar Universal, en la calle del Príncipe de Vergara. "Por eso los niños le increpaban y se burlaban de él", agregó.

Pero a veces se comportaba como una persona extraña y gritaba, según los vecinos: "En este país hace falta una revolución. Maldita democracia. No nos enteramos". Y siempre que así hablaba, añaden los paseantes, parecía embriagado. Los médicos del Samur creen que a causa de la bebida pudo empeorar su estado en los últimos días. Ayer a las doce de la noche su cadáver seguía sin identificar en el salón del Instituto Anatómico Forense. Hoy se practicará la autopsia a los dos cadáveres.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_