La guerrilla islámica de Argelia mata a 28 personas en vísperas del Ramadán

En vísperas del Ramadán, el mes sagrado musulmán de ayuno y oración, la guerrilla islámica sigue ensangrentando Argelia. Al menos 28 personas fueron asesinadas la madrugada de ayer una aldea situada al sur de Argel, informaron los servicios de seguridad sin precisar más detalles. Poco después, explosión de una bomba la cuarta que estalla una semana en un café popular de una barriada de la capital argelina dejaba 35 heridos.

El Ramadán, que comenzará en la primera decena del mes de enero, ha estado marcado desde hace cuatro años por un llamamiento a la yihad (guerra santa) de los grupos integristas armados. Las autoridades atribuyen la matanza de 28 civiles ocurrida ayer en Dhamia (provincia de Ain Defla, a unos 150 kilómetros al sureste de Argel), a "grupos terroristas", expresión habitual para referirse a los comandos integristas. Durante los dos últimos meses cerca de doscientas personas han sido asesinadas, degolladas o decapitadas en la mayor parte de los casos, en, áreas rurales del centro de Argelia. El Grupo Islámico Armado (GIA), que se ha atribuido casi todas estas acciones sangrientas, ha amenazado con trasladar sus ataques a Francia si el Gobierno del. presidente Jacques Chirac no acata sus condiciones.La capital argelina se ha visto sacudida la pasada semana por una ola de atentados con bomba que se han saldado con 18 muertos y 180 heridos. La cuarta deflagración, que causó al menos 35 lesionados, se produjo ayer en un café del suburbio de El Harrach. Otras 12 personas resultaron heridas el viernes al estallar un coche bomba estacionado en las inmediaciones de un café del distrito de Eucaliptos.

Las bombas de los integristas han convertido a Argel en una ciudad dominada por el miedo. La colocación en las paredes de las callejuelas de la alcazaba de carteles en los que se amenaza a quienes violen la sharia (ley islámica) no ha hecho más que acrecentar la angustia de la población. Según una información publicada por el diario independiente Le Matin, los panfletos ordenan que los hombres vayan "correctamente vestidos" con pantalón ancho y chilaba. Tampoco se les permite fumar ni leer periódicos. A las mujeres se les recuerda que no salgan a la calle sin cubrirse la cabeza con el hiyab (pañuelo), al tiempo que les prohiben trabajar fuera de casa.

El primer ministro argelino, Ahmed Uyahia, mantiene, sin embargo, que los grupos islámicos armados "han perdido la batalla" y que en Argelia solo queda "terrorismo, residual". Al menos 50.000 personas han muerto en el país magrebí tras el estallido de violencia que desencadenó la anulación, en enero de 1992, de las elecciones cuya primera vuelta había ganado el Frente Islámico de Salvación.

Aunque en mucho menor medida que en Argelia, el integrismo islámico también extiende sus raíces en otros países del Magreb. El presidente de Túnez, Zin el Abidín ben Alí, ha anunciado en su discursos de fin de año la convocatoria de un referéndum para la prohibición de los partidos religiosos.

Por otra parte, en Marruecos, la policía detuvo el sábado a tres militantes del grupo islamista Justicia y Caridad que habían pedido permiso a las autoridades para organizar una manifestación, según informó ayer la agencia Reuter.