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RELIGIÓN

El Papa recuerda que Dios se encarnó para creyentes y no creyentes

El papa Juan Pablo II recordó en la misa de la nochebuena, que el nacimiento de Cristo no es monopolio de los cristianos, pues "la gracia de nuestro Señor Jesucristo apareció para todos los hombres", creyentes y no creyentes. El Papa Wojtyla, que ofició la misa del Gallo, en la basílica de San Pedro, señaló que "el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, crece y camina hacia este dios-hombre, en el cual recibe como don la propia realización y en el que, al mismo tiempo, se ve elevada hasta su plenitud todo lo creado"."Con nostalgia en el corazón -añadió el Papa- celebramos la solemne y fascinante liturgia de la noche. Queremos unimos a los coros de los ángeles, y rezamos hoy por todos los hombres, cristianos y no cristianos, creyentes y no creyentes", pues "la gracia de nuestro señor Jesucristo apareció para todos los hombres".

"Nace Dios, la potencia humana está estupefacta, el Señor de los cielos se desnuda, el fuego se aplaca, el fulgor se vela, el Infinito se pone fronteras", dijo el Papa, recitando un canto navideño del polaco F. Karpinski.

Durante el ofertorio, un grupo de niños de varios países entregaron al Papa una ofrenda floral.

En la plegaria de los fieles se rezo en árabe, "para que la Iglesia en Oriente y en Occidente, confortada con la presencia del Santo Espíritu, testimonie y dé razón de la esperanza que con tu nacimiento has donado a cada hombre".

En francés se rezó "por los responsables de las naciones, por los que trabajan en la diplomacia de los estados y en los organismos internacionales, para que sean hombres y mujeres de paz y laboren por la concordia y la justicia en la paz".

Rezo en tagalo

También se rezó en tagalo "por los niños violados en su dignidad humana, por los pobres fruto doloroso de la injusticia, por los profetas de la libertad auténtica perseguidos y ultrajados; para, que a todo hombre y a toda mujer le sean reservados el respeto y el honor que tu Evangelio propone y defiende".La plaza de San Pedro lucía una esplendorosa iluminación, que se utiliza sólo dos veces al año: las dos pascuas, la de Navidad y la de Resurrección.

En la noche del lunes fue inaugurado el belén erigido junto al obelisco, en el centro de la plaza, que ocupa una superficie de 250 metros cuadrados, junto al cual se alza un gigantesco abeto de 30 metros de altura, traído al Vaticano desde los bosques de Koceyje, en Eslovenia.

Las figuras principales de la representación escultórica navideña, de tamaño algo superior al natural, son las originales encargadas por san Vicente Pallotti para el belén, o nacimiento de los romanos, realizado en la iglesia de Sant'Andrea della Valle, en 1842.

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