La misión europea de mediación opta por reforzar la vía democrática

Los violentos enfrentamientos que han tenido lugar en Belgrado en las últimas 48 horas no han venido si no a dificultar aún más la misión de intermediación, encargada a una delegación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), encabezada por el ex presidente del Gobierno español Felipe González.La delegación ya tiene muy perfiladas las líneas generales del documento que mañana, viernes, debe entregar González al actual presidente de la OSCE, el ministro suizo de Asuntos Exteriores, Flavio Cotti. Constará de una resolución, "corta, seca y dura", según fuentes cercanas a la comisión, en la que se expondrá la necesidad inmediata de acabar con un sistema legal que impide, en la práctica, la derrota en las urnas de los partidarios de Slobodan Milosevic. Para la comisión, el fraude en las recientes elecciones municipales está en la base de las actuales protestas callejeras, y todo lo que se haga sin cambiar esta realidad estará condenado al fracaso.

Pero según las mismas fuentes, de nada serviría una repetición de las elecciones en las mismas circunstancias, porque los resultados volverían a repetirse. De ahí la necesidad de cambiar algunos aspectos del ordenamiento legal que posibiliten, de verdad, una alternancia que ahora se impide con trampas legales ya detectadas por la comisión.

A esta resolución, de cuatro o cinco puntos, se acompañará una carta de recomendaciones para la democratización efectiva de la vida política. Según la comisión, la situación no mejorará si no se da participación real a la oposición. Las posturas en el seno de la propia OSCE no son coincidentes y estas diferencias hacen aún más compleja la tarea de intermediación. Europa no tiene una postura común, y mientras los alemanes preferirían una mayor presión, los italianos optan por posiciones más conciliadoras y los franceses se sitúan en un intermedio. A ello se une que Estados Unidos está harto de la rigidez de Milosevic, mientras Moscú "no entiende", al menos oficialmente, el porqué de una intervención en los asuntos internos serbios.