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Defensa firma la cesión de la base de Torrejón por dos años para los aviones civiles de menos de 70 plazas

Antonio Jiménez Barca

El ministerio de Defensa y el de Fomento firmaron ayer un convenio que persigue acabar con el atasco de Barajas. Defensa se compromete a ceder la base militar de Torrejón, al menos por dos años (plazo de construcción de la tercera pista del aeropuerto), para que pueda ser utilizada por aviones civiles de menos de 70 plazas.Según explica una nota enviada por el ministerio de Defensa, los estudios llevados a cabo dan el visto bueno a la posibilidad de utilizar Torrejón para vuelos civiles y militares.

Las naves que podrán aterrizar y despegar de Barajas serán de "entre seis y setenta plazas, aerotaxis y aviones de paquetería" y de siete de la mañana a 23.00. La fecha de utilización de Torrejón no está definida aunque ambos ministerios propugnan que será "en breve plazo". Una vez terminados los dos años, podrá volver a revisarse el convenio y prorrogarlo.

El ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, explicó hace días que cinco o seis aviones podrán utilizar la base militar cada hora. En Barajas, más de 70 aviones solicitan en hora punta permiso de vuelo, pero sólo 50 lo consiguen. Los 20 vuelos que no pueden salir, tampoco podrán ser atendidos en su totalidad en Torrejón.

Por otra parte, el general del mando aéreo del Centro y Primera Región Aérea, Enrique Richard Marín, aseguró ayer en Salamanca que la utilización de la base de Torrejón para vuelos civilies "es más compleja de lo que puede parecer en un, principio".

Defensa proporcionará una zona "suficiente" para el estacionamiento de 12 aviones turbohélices y de propulsión a chorro.

Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea estudiará la posible construcción de una carretera para agilizar los traslados a Barajas.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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