_
_
_
_

Un informe de los bomberos destapa que la reserva eléctrica de Barajas es insuficiente

Jan Martínez Ahrens

El caos sufrido por el aeropuerto de Barajas el pasado día 10 a causa de un incendio que dañó el suministro, eléctrico se habría evitado en caso de haberse cumplido la ley. Un informe del departamento de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, previo al apagón que cerró Barajas durante horas, establece que, según la legislación vigente, el aeropuerto debería contar con un nivel de reserva eléctrica equivalente al 50% de la contratada para su funcionamiento normal, una cantidad de energía que "ha de ser suficiente para el balizamiento de pistas, la torre de control y los mostradores de facturación". Tres servicios que, precisamente, dejaron de funcionar el día del cierre, al menos intermitentemente.

De hecho fue la falta de electricidad para las balizas lo que determinó la clausura de las pistas al ocaso del día. El estudio de los servicios municipales de extinción se basa en el denominado Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión., A tenor de esta norma, el aeropuerto queda clasificado como un Iocal de pública concurrencia", lo que le obliga a ofrecer unas prestaciones especiales. Por ello ha de disponer de una aportación de energía complementaria en tres niveles: socorro, reserva y duplicado. Esta última se refiere a la existencia de canales alternativos para el suministro eléctrico.En el caso de la reserva, los bomberos determinan que la reducción a un 50% de la energía no es óbice para que dejen de funcionar los tres servicios citados. "Se puede prescindir del alumbrado de receptores y farolas de los aparcamientos, la mayoría de viales y explanadas del propio aeropuerto, así otras instalaciones no indispensables", afirma el informe.

Los problemas en el abastecimiento de energía de Barajas se iniciaron cuando una perforadora atravesó, durante un sondeo no permitido, según la dirección del aeropuerto, una galería subterránea. Por este túnel, que une una central eléctrica con el aeropuerto, discurría el tronco principal del suministro eléctrico de Barajas.

La perforación alcanzó los cables y causó un cortocircuito, al que siguió un incendio. Eran las 11.41. El fuego, sin embargo, tardó más de seis horas en ser sofocado, en parte porque la dirección del aeropuerto, en contra de lo que. establece el plan de emergencia de Barajas, tardó tres horas y media en avisar a los bomberos municipales, quienes fueron finalmente los que apagaron las llamas.Entretanto, los servicios del aeródromo sufrieron continuas mermas en el fluido eléctrico, hasta el punto de que los pilotos tuvieron que maniobrar a ojo. Esta situación llegó al límite a las 17.45, cuando la inminente llegada de la noche redujó al mínimo la visiblidad. Fue entonces cuando se procedió al cierre de pistas.

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) ha reconocido que gran parte del problema eléctrico se debió a que los circuitos de abastecimiento eléctrico no estaban duplicados al 100%. Este factor impidió que, una vez desatado el incendio en la galería, se pro.cediese a envíar la energía por una vía alternativa. Otras fuentes cercanas al aeropuerto indican, sin embargo, que sí se disponía de canales alternativos, pero que no fueron bien empleados. El informe de los bomberos de Madrid indica que, según el reglamento, el aeropuerto debe contar, además. del alumbrado de emergencia (luz de interior con fuente propia de suministro), con uno de reemplazamiento capaz de dar energía durante dos horas. Para ello se ha de tener un acumulador o grupo electrógeno.

En este último caso, sise trata de un equipo alimentado con gasóleo, la autonomía dependerá del número de veces que se rellene el depósito. En Barajas, sin embargo, el día del cierre, el funcionamiento de los grupos electrógenos no mitigó los problemas, como se puso de manifiesto al fallar numerosos sistemas de control aéreo (ayudas de navegación, balizas y medios para señalar las sendas de planeo).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Por otro lado, el teniente general de la Primera Región Aérea,, Enrique Richard Marín, afirmó ayer a Europa Press que el posible uso de la base aérea de Torrejón de Ardoz para fines civiles "es más complidado ¿le lo que puede parecer". Según Marín es una cuestión que se está estudiante y que, por ahora "parece muy compleja". Sin embargo, no cree que pueda entorpecer ningún proyecto del ejército del aire.

Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_