Bombillas
Miles de bombillas se han encaramado por los árboles, por las calles del centro, por los edificios de los grandes comercios. Madrid está en tecnicolor. Pero muchos ciudadanos se ponen negros y misántropos cada año en estas celebraciones entrañables, a la par que engañosas. Hay gente para todo. Pero a muchos se les encabritan las potencias cuando les toca aguantar el grotesco espectáculo de individuos impresentables tocando la pandereta y berreando a bombo y platillo asuntos referentes a peces borrachos en un río y a burras cargadas de chocolate. Asómate a esa ventana y verás a un mamón haciendo el ridículo con el beneplácito de sus víctimas.Es como ver al inefable Nerón (estúpido, sanguinario, pirómano) esgrimiendo suspiros al rascar la lira para sus lameculos. Por cierto, el famoso emperador, según algunas teorías, inspiró a Rossini la obertura de El barbero de Sevilla. Estaba Nerón contemplando extasiado el incendio de Roma. De repente, le da un arrebato, mira con desdén a su instrumento y tararea: "¿Tiro la lira? ¿Tiro la lira? Tiro la lira, la lira, la lira..." La Navidad está llena de nerones.
La policía ha decomisado en Madrid 17.892 petardos en dos establecimientos. Las navidades estarían muy bien sin petardos. Pero la mayoría de ellos consiguen despistar a la autoridad. Una pena. Porque muchos contribuyentes, ahítos de petardeos, huyen de la ciudad para omitir bochornos y cabreos crispantes. Hoy, más que bombillas hay bombazos para aquellos a quienes les haya caído un gordo encima, que son unos pocos. Si a usted no le ha tocado ni la pedrea, no se desanime y échele guasa al asunto. Vaya a solazarse con Faemino y Cansado en el teatro Infanta Isabel. 0 déjese llevar por los delirios de Juan Tamariz en la sala San Pol. Y si quiere usted desternillarse, persiga al alcalde en sus desplazamientos. Cuando menos lo esperas te lanza un villancico'. Manzano merece un disco, un mix tipo Macarena, una risa, un no sé qué, una luminaria en el prado de la Bombilla.
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