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Irán y Turquía avanzan hacia la formación de un eje de naciones islámicas

Irán y Turquía iniciaron ayer consultas al máximo nivel para lo que los analistas describen como la base del futuro "eje Teherán-Ankara", y de un nuevo bloque de naciones islámicas de Asia y África. Ésos y otros proyectos económicos igualmente ambiciosos serán estudiados en el curso de la visita de cuatro días que el presidente iraní, Alí Akbar Hachemí Rafsanyani, inició ayer en Ankara en el marco de un sostenido acercamiento entre las dos naciones islámicas, algo que EE UU contempla con creciente inquietud.El presidente turco, Suleimán Demirel, destacó el significado económico de la visita. "Estamos seguros que lograremos importantes resultados en términos de desarrollo económico y relaciones comerciales", declaró Demirel. Pero la agenda de Rafsanyani es obviamente más amplia. Irán persigue la firma de un pacto de no agresión que impediría a Turquía, que es miembro de la OTAN, prestarse a cualquier empresa militar contra la República Islámica, sometida desde su fundación al acoso de la retórica norteamericana e israelí. Sin embargo, el ministro de Defensa turco, Turhan Tayan, destacó que de momento "no es conveniente" una cooperación militar entre los dos países.

Irán y Turquía demostraron plena comunión de intereses económicos en agosto, cuando Ankara acordó la compra de gas natural iraní durante los próximos 23 años en una operación por un valor de casi tres billones de pesetas). La primera etapa del contrato comenzó la semana pasada con la convocatoria de propuestas para la construcción del primer sector del gasoducto.

El gigantesco proyecto es visto con recelo e indignación por la Administración norteamericana. Estados Unidos está empeñado en mantener el aislamiento de Irán, país al que el Departamento de, Estado acusa de "fomentar el terrorismo internacional". El entusiasmo de Turquía por consolidar vínculos económicos y políticos con Teherán ha contribuido enormemente a que Washington mantenga una política de frialdad hacia el Gobierno de Necmettin Erbakan, el primer islamista que llega al cargo de jefe de Gobierno en la historia de la república laica de Turquía, fundada por Mustafá Keinal, Ataturk, en 1923.

Económicamente ligados e ideológicamente afines, Ankara y Teherán parecen haber dejado a un lado en los últimos tiempos su histórica rivalidad de influencias sobre Asia Central, concentrándo se más bien en la búsqueda de mecanismos regionales capaces de promover un desarrollo equilibrado y de mantener ante todo la identidad islámica de los pueblos de la zona.

La actual visita del presidente Rafsanyani a Ankara servirá también para limar asperezas que han surgido recientemente: Turquía sospecha que Irán apoya o protege en su territorio a guerrilleros separatistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), mientras que Teherán ve con recelo la decisión de Erbakan de mantener sus pactos de cooperación militar con Israel, que incluyen el uso del espacio aéreo turco por parte de la aviación israelí y el multimillonario acuerdo firmado este mes, mediante el cual Israel se hará cargo de la modernización de escuadrones de cazabombarderos turcos F-4.

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