Una enfermera sevillana enamorada de su trabajo
Sevillana de 49 años, emigrante en Suiza cuando era adolescente, Fernanda Calado llegó en agosto pasado a Chechenia para la apertura, como enfermera jefe, del hospital de Novíye Ataguí. Tenía una larga trayectoria como colaboradora del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), donde era muy conocida y apreciada por sus compañeros.Estudió enfermería en las ciudades suizas de Chauex-de-Sonds y Lausana. En 1985 comenzó su colaboración con el CICR. Su primera misión tuvo como destino Angola, y desde entonces fue enviada a varios países, entre ellos Kenia y Afganistán, así como a Latinoamérica. En 1994 decidió regresar a Sevilla para instalarse definitivamente allí, aunque quiso mantener su colaboración con el CICR mediante misiones cortas, que comenzaron el año pasado con una estancia de tres meses en Ruanda.
"Era una mujer menuda y muy activa. La apreciábamos mucho. Atendía muy bien a los enfermos y daba clases para mejorar la calificación del personal checheno", afirma Zura Nursé, miembro del equipo médico checheno del hospital de Novíye Ataguí. "Sentimos mucho la muerte de Fernanda", dice una enfermera chechena a la que se le nublan los ojos por un momento. Pero es sólo un momento, porque en Chechenia las realidades son duras, y un niño cuya mano ha saltado por los aires a consecuencia de una bala se le pega a la falda.
Fernanda Calado tenía dos hermanas que viven en Sevilla y un hermano que reside en Barcelona. Un sobrino de la fallecida declaró a este diario que su tía, que emigró a Suiza con 14 años con una hermana casada, estaba "enamorada de su familia y de su trabajo". "No tuvo ni hijos ni marido, y los sobrinos los sustituimos. Nos quería con locura", dijo este portavoz de la familia, informa Luis Barbero desde Sevilla. Era una persona "bondadosa", cuya meta siempre fue "estudiar más y ayudar a los demás", agregó el familiar de la fallecida. Su último destino había sido precisamente Chechenia, donde había estado dos meses. Volvió a Sevilla de vacaciones un mes y regresó hace dos semanas de nuevo a Chechenia, donde tenía previsto estar otros cuatro meses.
Los cadáveres de las víctimas fueron trasladados ayer a Nálchik, desde donde debían ser trasportados por avión a Ginebra, probablemente hoy o a más tardar mañana.
El jefe de la delegación de la Cruz Roja Internacional en Chechenia se negó a facilitar información a la prensa, pero fuentes próximas a esta institución dijeron que el personal se redujo de 40 miembros a cinco.
Miembros de la comunidad internacional que trabajan en Chechenia han padecido situaciones violentas con frecuencia. Recientemente fueron liberados tres italianos, pertenecientes a la organización Intersos, que pasaron dos meses secuestrados.
La difícil situación económica de la república, la falta de empleo y de dinero, la destrucción generalizada y la presencia de miles de hombres armados hacen que el bandidismo sea uno de los principales problemas.
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