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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Microchip

El pasado 24 de noviembre, por la noche, se perdió mi perrito yorkshire terrier. Con el fin de encontrarlo y tras varias gestiones infructuosas con la perrera municipal, central de datos de animales, comisaría y Policía Municipal, me dediqué a buscarlo preguntando, a todo el mundo, recorriendo las calles y parques, pegando carteles por todos los alrededores de la plaza de Manuel Becerra, con la esperanza de que apareciese, ya que el perrito lleva microchip.A través de algunos testigos, me enteré de que al perrito, Scotty, le. había dado un golpe un coche, pero que salió corriendo y que lo recogió un mendigo. Estuve investigando por todos los vagabundos e indigentes de la zona, y debo destacar que se mostraron extraordinariamente comprensivos y colaboradores.

Por desgracia, el otro día recibí una llamada de unas niñas que habían visto a un barrendero de la zona recoger a un perrito de las mismas características que el mío, y tirarlo a la basura. Tras algunas pesquisas, conseguí hablar con el barrendero, y, por la descripción, y tras enseñarle una foto, identificó (?) al perrito. Mi pregunta es: ya que estamos obligados los dueños de los animales a ponerles un microchip, idea que me parece estupenda, ¿por qué los barrenderos y el servicio de recogida de animales muertos no comprueban la identidad del perro antes de tirarlo a la basura? Evidentemente, ahora estoy hecha polvo, no sabiendo si era Scotty el que, sin más, acabó en la basura, o lo tiene alguien que no me lo quiere devolver (¡ojalá esté vivo!)-

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