El Banco Nacional Suizo admite que compró oro robado por los nazis

El Banco Nacional Suizo (BNS, banco central) admitió ayer que entre 1939 y 1945 compró oro de los saqueos perpetrados por los nazis en los países ocupados por valor de 1.210 millones de francos suizos de entonces y sirvió de tránsito a otra cantidad valorada en 428 millones de francos que acabó en Portugal y Suecia. Estas operaciones le reportaron unos beneficios de 20 millones de francos.

El presidente del banco, Hans Meyer, que pretende que se aclare la actuación de la entidad durante este periodo de la historia helvética, se desmarcó de las acciones de sus antecesores señalando: "Tenemos problemas para entender su actitud, que no comprendió todas las implicaciones políticas" que entrañaba tal comportamiento. Pero nada indica que aquel equipo directivo estuviera al tanto de que una parte del oro llegaba de los campos de concentración.El BNS no colaboró sólo con Berlín. De hecho, las transacciones efectuadas con los aliados fueron superiores a las de las potencias del Eje. Las compras de oro puro a EE UU y el Reino Unido alcanzaron un valor de 1.760 millones de francos, mientras que las realizadas a Alemania e Italia juntas se elevaron a 1.360 millones.

Al término de la guerra, y según el acuerdo de Washington de 1946, las autoridades helvéticas pagaron a los aliados 250 millones de francos suizos en concepto de ayuda a la reconstrucción, lo que no tiene "parangón" con los 20 millones de francos beneficio de las operaciones efectuadas por el BNS.

El examen de conciencia emprendido por las autoridades del banco no va a resultar fácil si se tiene en cuenta la complejidad de las circunstancias en las que se encontraba la confederación Helvética, rodeada por los países del Eje. La única manera posible de asegurar el abastecimiento del país era el mantenimiento de relaciones económicas con Alemania, que controlaba todas las vías. El vicepresidente del banco, Jean-Pierre Roth, admite que la existencia de un mercado internacional del franco suizo abierto a todos los beligerantes, incluida Alemania, y la política del BNS destinada a asegurar la estabilidad monetaria "probablemente contribuyeron a preservar a Suiza de una invasión".