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El Parlamento Europeo reclama la continuidad del Fondo de Cohesión

Xavier Vidal-Folch

El Parlamento Europeo reclamó ayer expresamente la continuidad de la política de cohesión tras el inicio de la moneda única. El Pleno hizo suyas tres enmiendas en este sentido formuladas por el eurodiputado socialista español Fernando Pérez Royo, y aceptadas previamente por la Comisión de Asuntos Económicos.Pérez Royo proponía considerar que tras el lanzamiento del euro "pueden subsistir" las circunstancias que aconsejaron en 1992 la creación del Fondo de Cohesión, para no afectar "negativamente a losprocesos de inversión pública" en los países con menor renta, y ayudarles así en el proceso de convergencia. Y argumentaba que el reglamento del propio fondo "contempla de manera expresa" la aplicación de dicho fondo con posterioridad a 1999, el año de nacimiento del euro.

Por estas razones, recogidas como enmiendas al informe Christodoulou sobre el Pacto de Estabilidad, la Eurocámara reclama: El Fondo de Cohesión "se mantendrá en funcionamiento" después de lanzado el euro, "en tanto subsistan los parámetros de diferencial de desarrollo [PNB per cápita inferior al 90% de la media comunitaria] que justificaron su creación".

Los parlamentarios aprobaron también otra enmienda para favorecer la inversión pública de los países menos desarrollados, propuesta por los europarlamentarios del PPE Christodoulou -el ponente- y Herman. En ella se subraya que a la hora de enjuiciar si el déficit de un países o no excesivo habrá que tener en cuenta "si el déficit es superior al gasto en inversión pública".

Asimismo acordaron, contra la opinión de algunos grandes países, que el producto de las eventuales multas a los países ultradeficitarios se ingrese en el presupuesto comunitario, y que el Consejo pueda establecer ayudas extraordinarias a los países que sufran dificultades excepcionales para controlar su déficit. El hemiciclo se manifestó a favor de la interpretación propuesta por la Comisión de la eximente de multas por "circunstancias excepcionales".

Sin embargo, otras enmiendas favorables a los países que tienen problemas con la inflación para calificarse como candidatos a entrar en el euro dentro del grupo de vanguardia no fueron aceptadas. Es lo que ocurrió con las tramitadas al informe Metten por el diputado del PP español García Margallo, quien proponía que el criterio de inflación se calcule no sobre el techo máximo de 1,5 puntos por encima del promedio aritmético de los tres Estados miembros con mejor comportamiento, sino sobre su tasa media ponderada.

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