Teléfonos móviles
Hace años hizo furor la aparición de radios portátiles. Se popularizó aquel refrán modificado "No hay parto sin dolor... ni hortera sin transistor". Parecía imposible que la humanidad hubiera vivido has ta entonces sin transistores. Ahora la historia se repite con los teléfonos móviles. Hacen sonreír esas personas en pose callejera de tele conversación y que probablemente en muy buena parte sólo son pretensiones de notoriedad.Lo que requiere un rechazo social generalizado y una aplicación severa del código es el uso indebido de cada vez más conductores que manejan con sólo una mano los mandos del coche y con la otra llevan el teléfono a la oreja. Y se les ve así circulando por cualquier lugar, ya de por sí comprometido. No hay que ir en contra de los avances técnicos, pero siempre que un mal uso no implique nuevos graves riesgos propios y, sobre todo, ajenos. Para quienes sea en efecto vital el uso del móvil a bordo de sus coches, están los "manos libres", cuya instalación cuesta cuatro duros. Pero eso sí: son discretos y quizá por ello aún no hayan tenido éxito.-
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