El PSOE supera al PP en al menos tres puntos de intención de voto, según un sondeo oficial

Un sector del Gobierno achaca a la política autonómica y a la estrategia de globos sonda la fuerte, caída en la intención de voto del PP, hasta situarse al menos tres puntos por debajo del PSOE. Con estas manifestaciones el Ejecutivo se pone la venda antes de la herida de la última encuesta del CIS, que no será entregada a los grupos parlamentarios hasta mañana. El sondeo, según los datos conocidos sólo por algunos miembros del Gobierno, refleja una ventaja del PSOE de más de seis puntos en voto decidido y deja la diferencia reducida a tres en proyección de voto. Felipe González es el líder político mejor valorado y supera en ocho décimas al presidente del Gobierno, José María Aznar.

Ayer, los grupos parlamentarios de la oposición e incluso dirigentes del PP no habían tenido acceso a una encuesta de la que todos hablaban y de la que constaba que está en posesión de la cúpula gubernamental.Miembros del Gobierno, han expresado en privado su preocupación por unos resultados que, según admiten, les han sorprendido. En la rueda de prensa que celebró con el primer ministro jordano, Abdul Karin Kabarati, Aznar hizo una valoración política de la encuesta, confirmando con ello que conoce un sondeo oficialmente desconocido.

Fuentes oficiosas manifestaban ayer que la proyección de voto para el PSOE y el PP es, respectivamente, de 39 y 36 puntos, mientras que la intención directa de voto es de 27 y 21, también a favor del PSOE. La diferencia en intención de voto de esta encuesta es bastante similar a la que registró el barómetro realizado por Demoscopia en octubre, que atribuía 27,8 puntos al PSOE y sólo 23,2 puntos al PP.

En el mes de julio, el último sondeo realizado por el CIS atribuía 25,4 puntos al PP frente a 23,6 al PSOE. La pérdida de voto del PP va a la abstención y el crecimiento del PSOE es a costa de IU, que sufriría una merma de su apoyo electoral.

El Gobierno afronta un problema de imagen ante el electorado que votó al PP en marzo, que se traduce en un desconcierto generalizado por lo que cree falta de rumbo del Ejecutivo. Frente a la idea de la firmeza ante los nacionalistas con que el PP se presentó a las elecciones, el Gobierno ofrece una imagen de debilidad y de cesión.

Avala esta interpretación de los datos de la encuesta, que manejan algunos ministros, el hecho de que no ha habido trasvase de voto del PP al PSOE. Sencillamente, una parte del electorado del PP está perplejo por la política del Gobierno.

La forma en que el Gobierno y el PNV firmaron el acuerdo de renovación del Concierto económico y la posterior marea de reclamaciones autonómicas, sobre todo por parte de Jordi Pujol, con el resultado de concesiones extrapresupuestarias en materia de inversiones para la Generalitat de Cataluña, ha dañado la imagen del Ejecutivo. Esta preocupación ya fue adelantada hace dos semanas por un sector de veteranos militantes del PP en una reunión de la ejecutiva nacional del partido que presidió el vicepresidente del Gobierno y secretario general del partido, Francisco Álvarez Cascos.

La contradicción que vive el Gobierno es que mientras contempla que se presentan expectativas de mejoría en la situación económica y que su estabilidad está garantizada por el pacto con los nacionalistas, la imagen que ofrece es de debilidad. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, ha insistido en este aspecto y apuesta por la idea de que a largo plazo cambiará el sentido de los sondeos cuando cuajen las expectativas económicas.

Rodríguez también pone énfasis en explicar el descenso en las expectativas electorales como resultado de las medidas impopulares que el Gobierno ha adoptado para ajustarse a las exigencias del Tratado de Maastricht como la restricción de los presupuestos y la congelación salarial de los funcionarios. El secretario de Estado también admite que existe alguna bisoñez en la actuación del Gobierno, acostumbrado a muchos años de oposición, pero cree que se ha producido una mejoría en la coordinación.