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Los bielorrusos votan para decidir si otorgan poderes absolutos al presidente

Los bielorrusos acudieron ayer a las urnas para elegir entre dos proyectos constitucionales y decidir, además, si están a favor o en contra de la pena de muerte, de la libre compraventa de la tierra, de elegir a los jefes de las administraciones locales y de hacer coincidir la fiesta nacional con el día de la iberación de Minsk de la ocupación nazi. El referéndum se celebra a iniciativa del presidente Alexandr Lukashenko y con la oposición categórica del Parlamento, que acusa al líder bielorruso de querer instaurar una dictadura.

Lukashenko se mostró ayer convencido de que obtendrá el apoyo popular y una vez más insistió en que su triunfo significará que el país se regirá por la Constitución que él propugna. Además de ampliar sustancialmente sus poderes, la nueva ley fundamental prevé transformar el actual Sóviet Supremo en un Parlamento bicameral, sobre el que el presidente tendrá un mayor control.Los diputados se han opuesto con todos los medios a su alcance a que la consulta tenga carácter vinculante e incluso llegaron a presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional contra Lukashenko, con la esperanza de destituirle legalmente y así impedir la instauración de una dictadura. Sin embargo, el tribunal no ha examinado el caso todavía, y parece improbable que los altos jueces, que se reunirán mañana, se atrevan a dar un dictamen contrario al presidente tras el apoyo mayoritario que, sin duda, éste recibió ayer.

La votación transcurrió prácticamente sin incidentes. El 60% de los inscritos depositó su papeleta. Tampoco hubo casi actos de la oposición, si se excluye el de unos centenares de activistas del Frente Popular (partido nacionalista de derecha), que se reunieron por unas horas en la plaza de la Independencia, ante la sede del Parlamento y de la estatua perenne de Vladímir Lenin, el fundador del imperio comunista.

Con las banderas blanco-rojo-blancas (emblema de los nacionalistas), que fue oficial en los primeros años de la independencia de Bielorrusia, después de la desintegración de la URSS, emprendieron una marcha hacia la televisión, pero al ver el despliege policial que allí había, tranquilamente se disolvieron sin provocar desórdenes. A las cuatro de la tarde, ya habían desaparecido las banderas y las pancartas de "No al referéndum" y en la plaza sólo quedaban unas decenas de personas.

Calma chicha

Si en la capital la oposición no fue capaz de movilizar a mucha gente, en la provincia y el campo la situación fue de calma chicha. Precisamente es en la Bielorrusia profunda donde Lukasheriko tiene su principal apoyo. La gente humilde admira al hombre fuerte que ve en su presidente y está de acuerdo en confiarle su destino; no le preocupan los derechos humanos ni la libertad de prensa, sino cosas más sencillas como son el recibir a tiempo los sueldos y las pensiones.. La popularidad de Lukashenko se debe en gran parte a la imagen que de él dan los medios de información, prácticamente monopolizados por el Ejecutivo. Lukashenko ha clausurado diarios y emisoras independientes, destituido a directores de medios que le criticaban y se ha hecho con el control de la televisión.

"En Bielorrusia habrá paz y estabilidad. No soy yo quien necesita la nueva Constitución, sino el país para poder desarrollarse sin confrontación", dijo Lukashenko a pie de urna. El presidente reiteró que los diputados habían roto el compromiso alcanzado el viernes, y aunque acusó a sus adversarios de "aventureros y revanchistas", prometió que no utilizará la fuerza contra el Legislativo.

Lukashenko se refirió también a los planes de expansión de la Alianza Atlántica. "A la población bielorrusa le preocupa el acercamiento de las estructuras militares de la OTAN a las fronteras de nuestro país", señaló. Agregó, sin embargo, que a pesar de ello los últimos misiles nucleares abandonarán Bielorrusia mañana. El sábado Moscú había dicho que los cohetes ya habían sido evacuados y que ya no quedaban armas nucleares en las ex-repúblicas soviéticas, a excepción de Rusia. Sin embargo, ayer el Consejo de Seguridad bielorruso desmintió esta información y dijo que en su territorio aún había 14 misiles.

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