Asombro o vergüenza

Ya está bien de asombrarse de la barbarie cotidiana que nos invade. A uno le causa asombro algo que no ocurre normalmente, precisamente por esa excepción nos asombra; pero lo que ocurre a diario y desde hace tantísimos años no debería asombrarnos, sino avergonzamos. Esto viene a colación de lo que está ocurriendo en Zaire.En relación con esta tragedia, se encontraría la destrucción, en fechas recientes, de miles de kilos de manzanas en la comarca de El Bierzo como medida de protesta (me es indiferente el motivo). Existiendo un abanico tan amplio de opciones para mostrar el desacuerdo, se ha elegido la más deleznable, y se le cae a uno la cara de vergüenza sólo de pensar la cantidad de sufrimientos que se podían haber evitado si estas personas desplazadas hubieran podido disponer del contenido de la protesta.-