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La madre del bebé intoxicado dice que por error hizo el biberón en un bote con droga

Un terrible descuido puso en peligro la vida del bebé intoxicado con drogas. E. P. M., la madre de 17 años de la niña de dos meses y tres semanas que ingresó el martes en un hospital con una fuerte dosis de cocaína y opiáceos en su sangre y orina, declaró ayer que su hija ingirió los estupefacientes al preparar el biberón con un bote equivocado. La mujer utilizó, sin saberlo, un recipiente con restos de droga, según informó ayer un portavoz de la Jefatura Superior de Policía. Para los agentes, la versión de la pareja, que espera un nuevo bebé, según los abuelos maternos, es "verosímil". Mientras tanto, la niña mejora. Ayer, el doctor Ángel Carrillo le dio el alta de la unidad de cuidados intensivos del Gregorio Marañón.El bebé ha permanecido desde la madrugada del martes en la UCI. Aunque sigue mostrando signos de intoxicación por drogas, su estado ha mejorado y sus constantes vitales se están normalizando. "La pequeña no sufre síndrome de abstinencia y hoy ha tomado biberones", señaló un portavoz del hospital.

La niña llegó el martes al centro hospitalario en brazos de su madre y su abuela. Según declaró ayer la madre, el bebé empezó a dormirse mientras le daba el biberón en la chabola que habitan y por ello se asustó. Fue a casa de su madre, y ésta decidió llevar a la nieta al hospital. Ambas explicaron a los médicos que la pequeña había inhalado humo. Pero los médicos sospecharon desde un principio que se trataba de una intoxicación química.

Los padres, dos chabolistas del poblado de Los Focos, en Madrid -C. R. N., de 18 años, y E. P. M., de 17-, pasarán mañana a disposición judicial. Ambos tienen antecedentes por robo y tráfico de drogas. La niña, que no tiene signos de malos tratos y pesa 6,4 kilos, es, según los médicos, un bebé bien alimentado. El defensor del menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, insistió ayer en que éste es un caso "muy excepcional" y que, por ello, no se puede hacer una valoración de sucesos semejantes.

Los abuelos solicitan la custodia del bebé drogado

Cuando la pequeña llegó al hospital se le tuvo que aplicar un tratamiento de choque: dosis sucesivas de un antídoto de la heroína. El bebé, con las pupilas dilatadas, fue entonces ingresado en la UCI al fallarle la respiración. "Las drogas le afectaron el centro nervioso que controla la respiración y lo deprimieron", señaló el médico Angel Carrillo. Ayer, el mismo doctor, jefe de la UCI de pediatría del Gregorio Marañón, indicó que el bebé ha mejorado. Al suspenderse el tratamiento del antídoto contra la droga no ha reaparecido ningún síntoma de intoxicación opiácea.

No obstante, el jefe del Servicio de Pediatría del hospital Ramón y Cajal, Rafel Uturriaga, señaló ayer a la agencia Efe que una intoxicación por drogas como la sufrida por el bebé podría causar daño en su cerebro. Las posibles secuelas, ya sea por una sola dosis de droga o por sucesivas, no podrán confirmarse hasta que observar su evolución psicomotriz.

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Por otro lado, la Jefatura Superior de Policía no dio ayer más detalles sobre cómo se mezcló la droga con la leche del biberón, aunque todo indica que la intoxicación no fue premeditada. "No se trata de un caso de suministro de droga para evitar que el bebé no llore", aseguró la policía. A tenor de la investigación, los agentes sospechan que los padres utilizaban su chabola para trapichear con droga. Por ello, la mujer se confundió de recipiente al preparar el biberón. Ella, sin embargo, insiste en que hizo "lo mismo de siempre".

Los abuelos maternos del bebé añadieron que también pudo intoxicarse la niña con el agua que utilizó la madre para preparar la leche: "En el poblado no hay agua corriente y a lo mejor en el agua que ella utilizaba echaron alguna sustancia", señaló Vicenta Ruiz, la abuela, de 36 anos de edad, que vive junto a su marido y sus cuatro hijos en unas casas del camino de Barranquillos, junto a Mercamadrid.

"Mientras ellos no puedan cuidarla nos gustaría que la pequeña estuviese con nosotros", comentó Vicenta. "Yo les he ayudado a criarla y no quiero que se la den a otras personas". Santiago Palacios, de 41 años, el abuelo, mecánico y encargado de una empresa que recoge vehículos para chatarra, aseguró que han presentado a la Comunidad (que ahora tiene la tutela del bebé) una amplia documentación para asegurar el porvenir de su nieta: "Nos han pedido nuestros ingresos, ocupaciones y un sinfín de cosas. Se lo vamos a dar todo para que vean que somos gente normal". Los abuelos han pedido ayuda a varios amigos para contratar un abogado.

Primeras dosis, gratis

Por otro lado, el consejero de Presidencia de la Comunidad, Jesús Pedroche, informó ayer que al 42% de los jovenes madrileños de entre 14 y 19 años le han ofrecido alguna vez una droga de diseño, y que el 50% de los que se inician en su consumo lo han hecho a consecuencia de habérseles ofrecido de forma gratuita. El consejero extrajo estos datos de los resultados parciales de una encuesta que actualmente lleva a cabo el Plan Regional contra la Droga entre una población de 3.000 jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 25 años, y que se espera esté terminada para finales de año.

Según el estudio, el 95% de los jóvenes madrileños conoce las drogas de diseño. Pedroche alertó, asimismo, sobre el aumento del consumo de pastillas entre los adolescentes de la ciudad. Cerca del 95% de los jóvenes de la Comunidad sabe qué son las drogas de síntesis, en torno al 93% sabe que generan adicción y conoce su precio, que es muy bajo, y un 80%, que afectan a la salud, tanto física como mental.

Pedroche señaló que "si no se ataja a tiempo el problema puede ser tan grave como lo fue la heroína en los ochenta", y se refirió a los propietarios de los locales de ocio, "por donde estas drogas circulan con facilidad", como unos de los más preocupados.

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