La guerra del pan

La guerra del pan resucita. Si hace dos años la chispa saltó en Alcalá porque un fabricante vendía las barras a menos precio que el resto de tahonas, ahora los expendedores acusan a los fabricantes de utilizar un aditivo peligroso llamado persulfato amónico. El grupo municipal de IU, que se hizo ayer eco de la denuncia, manifestó que el persulfato "está terminantemente prohibido por ser cancerígeno".Miguel Ángel Díaz, presidente de la Asociación de Fabricantes de Pan, replicó:

"Todo esto es un sinsentido fruto de la desesperación de los vendedores al ver que las grandes superficies venden las barras a 20 o 25 pesetas y ellos no pueden hacerlo por menos de 40. Una barra de pan tiene un coste mínimo de 35 pesetas. Pero los híper venden las pistolas por menos para atraer clientes, aunque pierdan dinero". Díaz añadió que ningún fabricante usa persulfato: "No se emplea desde hace treinta años". El concejal de Sanidad Simón Viñals aseguró ayer que en ninguno de los análisis municipales se había detectado dicha sustancia: "Esta denuncia es una temeridad, pero investigaremos". En la Consejería de Sanidad tampoco tienen noticias del persulfato. Manuel Cepedano, jefe del servicio de Higiene y Salud Alimentaria, explicó que su utilización fue erradicada en los sesenta. "Se prohibió porque producía eczemas", indicó. "Es absurdo que lo utilicen, porque la legislación actual admite otro tipo de aditivos que son inocuos", señaló.