_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Sueños de Alejandríá

EL HOMBRE ama, y ama lo que desaparece. La pasión por el remoto pasado histórico,, sus restos y sus ruinas, está alimentada por esa nostalgia de las cosas perdidas. Así, el interés por los monumentos y misterios del mundo antiguo se tiñe del sentimiento que nos inspira nuestra propia experiencia de seres perecederos. La arqueología no deja de ser un espejo. Y ello explica la expectación que despiertan los grandes descubrimientos. Nos maravilla el hallazgo de un joven faraón enterrado en oro, pero a la vez nos identificamos con el horror a la muerte que expresan, sus conjuros funerarios.La reciente noticia de que han aparecido en Alejandría lo que quizá sean vestigios de la antigua ciudad de Cleopatra nos sitúa de golpe en ese lugar y esa época de la que se han nutrido algunos de nuestros sueños más hondos y románticos. Alejandría es el es cenario histórico de los amores de la reina del Nilo y el hercúleo Antonio, pero también de la tragedia de Shakespeare, de los versos de Cavafis y de las andanzas de la Justine de Lawrence Durrell. En nuestro re cuerdo, Cleopatra tiene a menudo los ojos violeta de Elizabeth Taylor. Todo eso resucita ahora y nos con mueve, y es hermoso que sea así, aunque, finalmente, es muy posible que la prosaica realidad de los datos nos vaya a demostrar que la supuesta alcoba de Cleopatra hallada bajo las aguas portuarias es la de cual quier otra reina (hubo siete que se llamaron así), si no las cuadras de algún oscuro Ptolomeo. Pero necesita mos de los sueños de Alejandría, y no cesaremos de estremecernos cada vez que alguien, sugiera que un arquitrabe, un capitel o una simple piedra pertenecieron al maravilloso faro, a la tumba de Alejandro o al lecho de la reina.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_