Los españoles gastaron en juego una media de 78.000 pesetas en 1995
La cantidad total apostada asciende a 3,1 billones de pesetas
Los españoles se gastaron en juego una media de 78.788 pesetas por habitante en 1995, de las que un 34,7 por ciento (27.300 pesetas) corresponde a las máquinas de azar y recreativas, mientras que el 20 por ciento (15.782 pesetas) se gastó en los bingos y el 17,8 por ciento a la Lotería Nacional, según datos de la Memoria 1995 de la Comisión Nacional del Juego. La cantidad total jugada asciende a 3.106.949 millones de pesetas. Esto supone un 0,71% de incremento respecto a 1994, pero una disminución de un 2,4% respecto a 1992.
Las 78.788 pesetas de gasto medio por habitante correspondientes a 1995 se reducen hasta 69.012 pesetas al exceptuar la cantidad gastada por los ciudadanos en el Cupón Pro-Ciegos de la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE).Por otra parte, los ciudadanos que más se dejaron en los diversos juegos a lo largo del año pasado fueron los de Baleares, con un gasto medio de 108.447 pesetas, seguidos por los madrileños (107.647 pesetas) y los canarios (105.214 pesetas). En el otro extremo se sitúan la cantidad media gastada en juego en Melilla, cifrada en 44.615 pesetas, así como las correspondientes a Galicia (54.272 pesetas) y Extremadura (54.839 pesetas).
Según la Comisión Nacional del Juego, los juegos privados, como casinos, bingos, máquinas recreativas y de azar, se llevaron una media de 47.064 pesetas por habitante, mientras que los públicos (Lotería Nacional, Primitiva, Bono-Loto, Quiniela) sólo pudieron atraer 21.947 pesetas por persona, es decir, un 27,8 por ciento del total. Los españoles se gastaron unas 9.777 pesetas de media en el Cupón Pro-Ciegos de la ONCE.
En total, los españoles apostaron 3.106.949 millones de pesetas el año pasado, que se reducen hasta los 2.721.395 millones de pesetas al restar la cantidad gastada en el cupón de la ONCE. De esta cifra, se gastó más de 1 billón de pesetas en las denominadas máquinas B o tragaperras, mientras que 622.360 millones de pesetas se gastaron en los bingos y 552.831 en la Lotería Nacional. Por último, los juegos que atrayeron una menor cantidad de dinero fueron la Bono-Loto (41.215 millones de pesetas) y la Quiniela (62.001 millones de pesetas por habitante).
A pesar de que el juego ha crecido un 0,71 por ciento en 1995 respecto a 1994, ha disminuido un 2,4 por ciento respecto a las cifras de 1992. Concretamente desde 1992 se ha registrado una disminución del 12 por ciento en las cantidades gastadas en los juegos privados, y especialmente en las máquinas B, en las que el retroceso registrado ha sido del 16,5 por ciento hasta 1995 incluido.
No obstante, el juego público ha aumentado desde 1992 de forma considerable. Así, la quiniela ha crecido casi un 82 por ciento, mientras que el cupón de la ONCE ha registrado un crecimiento del 20 por ciento y la Bono-Loto del 42 por ciento.
En estos años, el mayor descenso en las variaciones interanuales del juego se produjo en 1991, cuando descendió un 4,5 por ciento respecto al año anterior. Por el contrario, en 1992 el juego creció un 2,5 por ciento en relación al año precedente.
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