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Entrevista:

"La escuela desperdicia a los talentos"

Joanna Freeman tiene a sus espaldas más de veinticinco años de investigación en el campo del Desarrollo, de Capacidades Humanas, especialidad que ocupa buena parte de su trabajo docente en la cátedra de Ciencias Sociales y Educación de la Universidad de Middlsex (Londres), granjeándole el reconocimiento de las más prestigiosas Universidades. Su dedicación a este campo de la inteligencia la llevó a fundar el Consejo Europeo para Altas Capacidades, organismo que actualmente preside, desde donde no ceja en reivindicar a los Gobiernos europeos que arbitren las medidas necesarias para que los sistemas educativos dejen de "marginar y desaprovechar" las potencialidades de una minoría de individuos con un cociente intelectual mayor: los niños superdotados. Argumento que volvió a esgrimir a su paso por Madrid, con motivo de la inauguración del curso de la institución educativa SEK (San Estanislao de Kostka).Pregunta. ¿Hay algún modo de definir o identificar quién es un. niño , superdotado?

R. Son niños que aprenden más rápido y más profundamente, pero no en el sentido de almacenar datos, sino de comprender, llegar más allá de lo que se les explica, relacionar las cosas, reflexionar sobre ellas. Son más rápidos en el aprendizaje y muy creativos en sus conclusiones. Por lo demás, son perfectamente normales. Hay que desechar las viejas teorías que nos pintan a estos niños como seres extraños, desequilibrados emocional o psicológicamente. En Estados Unidos se asocia la idea de un superdotado como la de un superniño, deportista sobresaliente, líder natural y estudiante perfecto". En Europa en cambio el niño superdotado lleva gafas, no puede hacer amigos y pasa su tiempo leyendo a solas, es, el pequeño cerebrito. Estereotipos ambos que no son reales, No es un colectivo homogéneo. Lo único que, diferencia estos niños del resto es que poseen un cociente intelectual más alto en torno a ciento cuarenta y ciento sesenta por ciento.

P. Usted afirma que la escuela no está en condiciones de afrontar esta educación. ¿Cómo, puede un profesor no superdotado educar a estos niños?

R. Comezando por aceptar que un profesor no tiene por qué saber más que sus alumnos, por tanto, su papel consiste en propiciar los medios necesarios para el aprendizaje, para que los alumnos investiguen y aprendan. La enseñanza concebida como una transmisión vertical está claro que es errónea, mucho más, en el caso de los niños superdotados: que necesitan estímulos, pistas, instrumentos pedagógicos que.les permita desarrollar toda supotencialidad creativa. La escuela debiera poner en marcha éstos mecanismos para que esos talentos no se desperdicien. Un niño superdotado no siempre llega a adulto con las mismas características, en muchos casos se desperdicia su talento en el proceso escolar. Hay un alto índice de fracaso escolar entre niños superdotados por frustración intelectual.

P. ¿En Europa, hay algún sistema educativo que caminen en esta dirección?

R. Salvo Alemania, y con matices, ninguno. El único país que conozco donde se atiende desde la escuela a esta minoría es Israel. Hay quien piensa que por tratarse de una minoría, la escuela pública no debe priorizar la formación de estos niños, pero es un tremendo error. Los cambios sociales los han acometido a lo largo de la historia personas con potencialidades superiores a la media; no hablo de seres Superiores sino de individuos con un cociente intelectual mayor. Está claro que la excelencia no surge sin ayuda, por eso creo que la educación de los niños superdotados debería articularse en torno a lo que llamo Deporte de Orientación, es decir, que estos niños puedan escoger por sí mismos trabajos extra en cualquier asignatura a un nivel más avanzado y amplio que los demás. De este modo, se sienten más estimulados porque eligen su propia instrucción.

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