Hallado sin vida el picador atrapado desde el viernes en una mina de León
El cuerpo sin vida del minero José Manuel Suárez Rodríguez, de 40 años, fue localizado en la tarde de ayer por las brigadas de rescate tras más de 40 horas de búsqueda. El cadáver del picador fue trasladado a la localidad leonesa de Villablino y se prevé que sea enterrado hoy en Villar de Cendías (Asturias), de donde era natural.
El picador José Manuel Suárez y el vigilante José Orihuela Basilio, de 42 años, fueron sorprendidos el pasado viernes por un derrabe de varias toneladas de carbón cuando trabajaban en la mina Escondida, en el término municipal de Caboalles de Arriba (León). Nueve horas después del accidente era rescatado el cadáver de José Orihuela, cuyo entierro se celebró ayer en la localidad leonesa de Villablino con la asistencia de varios miles de personas, muchas de ellos compañeros de otros pozos mineros de León y Asturias.Después de más de 40 horas de trabajos ininterrumpidos, las duras labores de las brigadas de rescate dieron su fruto. Poco antes de las siete de la tarde localizaban el cuerpo sin vida del picador. Una hora más tarde, a las 20.05, sacaban el cadáver. Para ello habían tenido que remover varias toneladas de tierra y carbón en varios frentes cercanos al lugar del siniestro.
La peligrosidad de la zona hundida había obligado a los brigadistas a realizar las tareas de búsqueda con la máxima precaución. En la bocamina, situada en una de las brañas de la montaña de Caboalles de Arriba, se respiraba un ambiente de gran tensión, con un profundo dolor e impotencia contenida, a la espera de cualquier noticia que pudieran dar los brigadistas, quienes en grupos de sois, cada tres horas, se relevaban en los trabajos mineros.
Silencio
Al pie de una fogata permanecían desde la noche del viernes familiares, compañeros y amigos de los dos mineros muertos. El silencio de las numerosas personas allí congregadas era absoluto. A medida que pasaban las horas se reducían las esperanzas de encontrar con vida a José Manuel Suárez.Los trabajos de búsqueda se realizaron a unos 700 u 800 metros de la bocamina. Las tareas fueron supervisadas por ingenieros de minas de la Junta de Castilla y León, el propietario de la explotación, Manuel Viloria, y los tres hijos de este último, técnicos también en la explotación.
Los representantes de los sindicatos mayoritarios, de la minería, CC OO y UGT, han convocado para hoy un paro en todo el sector minero de la provincia, con más de 7.000 trabajadores. El objetivo de la huelga es, en palabras del dirigente sindical Anatolio Díez, "dar un aviso a la Administración para que sepan que esto no puede seguir así". No obstante, los dirigentes sindicales guardaban prudencia a la hora de ligar este accidente con algún tipo de carencia en materia de seguridad minera.
En el entierro del vigilante minero José Orihuela, celebrado poco antes de las cinco de la tarde, se sucedieron las escenas de dolor. El féretro fue trasladado desde el domicilio familiar hasta la iglesia a hombros de compañeros y familiares de la víctima. José Orihuela tenía previsto acogerse a la prejubilación el próximo año, con ocasión de la próxima reordenación del sector.
Ambos obreros fallecidos trabajaban en la mina Escondida desde hace más de dos décadas. Según sus compañeros, eran dos trabajadores que conocían perfectamente la explotación en la que perdieron la vida.
El comité de seguridad e higiene de la mina inició las investigaciones para determinar las causas del siniestro. El propietario de la mina descarta que la explotación careciera de medidas de seguridad.
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