Una colisión y cuatro averías estrangulan por tres horas la N-VI
Pleno total. Todos los carriles de la carretera de La Coruña de entrada a Madrid, desde el kilómetro 5,300 hasta el 19, quedaron ayer totalmente cubiertos por coches que apenas podían moverse. Hora y media para recorrer los 25 minutos de todos los días. Cuatro averías y una colisión sembraron de obstáculos la vía. Según Tráfico, la Policía Municipal tardó dos horas y media en retirar el primer vehículo averiado.
El retraso en la retirada de este vehículo, averiado en el kilómetro 5,300 de la carretera de La Coruña, fue el detonante del atascazo. Las pantallas de la Dirección General de Tráfico (DGT) fueron las primeras en verlo. "Eran las siete de la mañana y aún de noche. Un operador observó en pantalla cómo los coches, con las luces encendidas, esquivaban un vehículo detenido en el carril izquierdo [reservado para la circulación más rápida] del kilómetro 5,300", explicó ayer el portavoz de la DGT.En cuanto el operario de tráfico se percató de la peligrosidad de la situación avisó de inmediato y por teléfono directo a la policía local de Madrid para que retirara el coche de la calzada. "Hasta el kilómetro 6,100 de la carretera de la Coruña, la competencia es de la policía local", apuntó ayer el portavoz de Tráfico.
Sin embargó, "la grúa no retiró el vehículo hasta las 9.25 horas, porque se perdió por el camino", añadió. Un portavoz de la policía local negó esta versión: "No ha habido ningún vehículo averiado desde las siete de la mañana. El vehículo retirado es otro", dijo ayer. Se refería a uno de los tres vehículos que colisionaron apenas a 500 metros del presunto coche averiado. "La colisión posterior de tres vehículos es achacable al atasco que provocó el coche averiado", le contradijo el portavoz de tráfico.
No fueron las únicas incidencias. Una cadena de tres averías (a las 8.30, en el kilómetro 13,2, y a las 9.30, en el 11 y 15), todas en el carril rápido, agigantó el colapso hasta el kilómetro 19.
Oficina móvil
Los conductores nunca habían sufrido una situación tan caótica en ese tramo. Muchos improvisaron una oficina móvil en sus vehículos. Los teléfonos sin cable una vez más demostraron su utilidad para negociar a distancia. Otros conductores leían los periódicos y escuchaban la radio para amenizar el trayecto. Los previsores obtuvieron su recompensa. Gloria, que llevaba a sus padres a la estación de autobús de la calle Alenza, en Madrid, declaró: "Menos mal que he salido hora y media antes, si no, mis padres no llegan a tiempo a la estación".Cientos de vehículos quedaron atrapados y la situación era claustrofóbica en el carril rápido. Allí no había escapatoria. "Los vehículos fueron retirados por la grúa, y hasta las 10.15 la circulación no se normalizó", afirmó el portavoz de Tráfico. Además de las grúas, Tráfico adopta otra medida para controlar los atascos en el carril rápido. Las patrullas motorizadas se colocan en las accesos de entrada al carril y cortan el paso. De esta forma se evita que los conductores caigan en una trampa y permanezcan retenidos hasta que la calzada quede libre.
Por otro lado, las ambulancias encuentran dificultades para acceder al carril. "En ocasiones hacemos kilómetros de más para acceder al siniestro. Y otras hemos tenido que cruzar la calzada para prestar servicios en el carril rápido, y es peligrosísimo porque los coches no paran", comenta un portavoz de la Cruz Roja.
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