La ciudad ha sufrido más de 800 manifestaciones desde enero

Madrid - 16 oct 1996 - 00:00CEST

Tres al día. Los vecinos de la capital han soportado desde enero más de 800 manifestaciones: casi tres diarias (2,8), según la Delegación del Gobierno. Ayer, por ejemplo, unas 500 hormigoneras circularon lentamente por la M-30 desde las 7.30 hasta las 10.00. Protestaron contra la diferencia de tarifas existente en el sector. Al mediodía y por la tarde, el centro sufrió otras tres concentraciones. Y para hoy está previsto que centenares de transportistas de toda España invadan la ciudad con sus camiones. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, se resignó: "Éste es uno de los costes de ser la capital de España". La media de manifestaciones de este año supone, no obstante, un ligero respiro para la ciudadanía con respecto al año pasado, cuando los vecinos soportaron 1.250 manifestaciones, 3,42 cada jornada. Las consecuencias de tanta protesta son palpables: calles y vías congestionadas durante horas, millones de litros de combustible malgastados e incalculables horas de trabajo perdidas. La temida concentración de las hormigoneras se llevó a cabo finalmente por un solo carril de la M-30, que sufrió graves retenciones. "No hemos querido molestar demasiado a los vecinos", relataban ayer fuentes de este sector. "Pero si la situación no se arregla, volveremos. Cortaremos dos carriles, no uno", amenazaron. El colapso no fue total ayer en la ciudad, pero los ciudadanos, escarmentados, se refugiaron en el metro. Por ello, ayer fue visible un aumento de usuarios de este medio de transporte. Sin embargo, muchos conductores no atendieron los consejos de la Policía Municipal, que proponía el uso del transporte colectivo, y se adentraron en las calles céntricas. Pagaron su osadía. El tráfico aumentó notablemente con respecto a días anteriores en el paseo del Prado, Doctor Esquerdo, Joaquín Costa, Francisco Silvela y la M-40. Pero hubo más. Al mediodía, 3.000 estudiantes cortaron el tráfico entre Alcalá y la Puerta del Sol. Protestaban contra la política educativa del Gobierno. A las 19.00, miles de funcionarios se concentraron en Cibeles. Luego se dirigieron a la Puerta del Sol. A su paso, todas las calles fueron cortadas. A esa hora, un centenar de empleados de un hospital se concentraron en la calle de Ibiza, que también fue cortada. PASA A LA PÁGINA 3

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VIENE DE LA PAGINA 1El alcalde, José María Alvarez del Manzano, declaró que las manifestaciones que tienen como escenario Madrid son como el impuesto que la ciudad tiene que pagar por ser capital. "Una vez más", relató el regidor, "hoy [por - ayer] tenemos tres manifestaciones en la vía pública alterando enormemente la vida de los madrileños. Aquí la gente viene a manifestarse porque se oye más que en el resto de España, pues aquí está el Gobierno Central. Pero las incidencias las sufre el ciudadano. ¡Y bien que lo siento!".

La Delegación de Gobierno y el Ayuntamiento lanzaron ayer a la calle 180 hombres para intentar regular el tráfico y evitar incidentes. Por su p arte, el delegado de Gobierno, Pedro Núñez Morgades, afirmó por la tarde que "todo ha salido bien". Y lo explicó: "El dispositivo que hemos puesto ha funcionado. Hubo serenidad y buenas maneras por parte de los manifestantes".

Comisión de manifestaciones

Núnez Morgades relató que ha creado junto con el Ayuntamiento y los sindicatos una comisión de manifestaciones. Su fin será intercambiar información sobre las protestas que se avecinen en las calles de Madrid.

Hoy está previsto que un millar de agentes -entre guardias civiles, policías nacionales y locales-, 360 motocicletas y 125 coches pongan orden en el caos que se vaticina para hoy. La Federación Estatal de Asociaciones de Transportistas (Fedatrans), entidad que agrupa a unos 30.000 camioneros, tiene previsto a primeras horas de la mañana meter unos 3.000 vehículos en la M-30 y la M-40. Reivindican ayudas: gasóleo más barato, unificación de tarifas, cumplimiento de los acuerdos firmados con la Administración...

Fedetrans no ha comunicado a la Delegación de Gobierno, tal y como estipula la legislación, esta manifestación. "No obstante, no se puede prohibir su celebración, porque es un derecho constitucional", señalaron ayer fuentes de la Delegación.

De las más de 800 manifestaciones que han transcurrido por las calles de Madrid en lo que va de año, 411 no fueron comunicadas a la Delegación de Gobierno, tal y como obliga la legislación vigente. "Las cifras, a pesar de ser altas, aún no son malas en comparación con el año pasado", explican. "Pero en noviembre todo empeorará, es el peor mes del año para estas cosas. Es el inicio de lo que los sindicatos llaman otoño caliente".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya

Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.