70.000 víctimas del sida, recordadas en una gigantesca tela extendida en Washington
La'colcha de los nombres' se ha convertido en símbolo contra la epidemia desde 1987
Las víctimas del sida fueron recordadas el fin de semana en Washington, con decenas de miles de parientes, amigos y amantes de los fallecidos que desfilaron junto a una colcha de 1,6 kilómetros de longitud, realizada con 40.000 trozos de tela y 70.000 nombres. La colcha ha cubierto la distancia que separa el Capitolio del monumento a Washington en la capital federal de Estados Unidos. Elizabeth Taylor, actriz y destacada activista dé los derechos de los enfermos de sida, encabezó los actos. La colcha de los nombres se ha convertido ya en un símbolo de solidaridad frente al sida.
Mireille Key, que ya había acudido a otros homenajes de este tipo, recordó: "La primera vez que vi la colcha, en 1989, pensé lo que todos queríamos creer, que esto terminaría pronto, que tenía que haber un tratamiento, una cura". Pero los trozos de tela han seguido creciendo; desde el viernes se han añadido otros 2.000. Y no serán los últimos.Cada trozo de tela -de casi dos metros por uno- mostraba el nombre del fallecido, a veces acompañado de una fotografía o algún recuerdo personal, desde un pasaporte o unos pantalones vaqueros hasta un cinturón, un osito de peluche o una poesía. La edad en que murieron también acompañaba a menudo el nombre; así, fue fácil compro bar cómo muchos se marcharon con edades comprendidas entre los 30 y 50 años.
Aunque la mayoría de los fallecidos que figuraban en la colcha eran estadounidenses, también podían leerse nombres de víctimas de otros 39 países, como Cuba, Alemania, Italia, Japón, Venezuela, Thailandia y Zambia. En total: 70.000.
El acto de homenaje, que estuvo encabezado por Elizabeth Taylor, actriz y activista de los derechos de los enfermos de sida, siguió con un desfile de los congregados portando velas encendidas, desde el Capitolio hasta el monumento en memoria de Lincoln.
La colcha comenzó a elaborarse en 1987 en San Francisco y con el tiempo se ha ido convirtiendo en un poderoso símbolo frente a la brutal enfermedad. En estos nueve años, su tamaño se ha multiplicado por 20 y ha salido a actos en la calle en cinco ocasiones. Hacía cuatro años que no era exhibida al completo en público. Ahora, los organizadores -agrupados como The Names Project (Proyecto Nombres)- comienzan a tener problemas, dado el gigantesco tamaño que ha alcanzado la colcha.
Para la mayoría de los asistentes, el inmenso pedazo de tela es una forma de sensibilizar más a la población y a las autoridades de todo el mundo sobre la epidemia del sida, para demostrar que detrás de los números y las estadísticas están las personas, con sus historias y sus amigos y amantes.
May Ann McKenna, de 58 años, cuyo hijo murió en sus propios brazos en 1992, dijo: "Todos los que están representados aquí en esta colcha tuvieron a alguien que les amó".
"Es algo realmente duro cuando miras los nombres y las caras en lugar de quedarte sólo en los números", dijo Marty Raef, de 33 años, que había llegado de Baltimore.
"Es esencial poner rostros humanos en la epidemia", subrayó Anthony Turney, director del proyecto. "Podemos hablar de estadísticas, pero aquí está la gente, persona a persona, pedazo a pedazo de tela".
Las cruces de una batalla
Dixie Ann Gabriel dijo: "Esto me recuerda a las cruces de un cementerio de los caídos en una guerra".Para muchos de los que asistieron al acto, fue el momento de recordar a los amigos perdidos. "No esperaba reencontrarme con mis viejos amigos de esta forma", comentó Craig Bossi, de 39 años, procedente de Nueva York.
"Es algo muy impresionante", señaló Ken Snyder, de 83 años, cuya hija trabaja en un hospital de Texas para enfermos de sida. "Nos ayuda a comprender la muerte, cuando los americanos tendemos a desentendernos de ella".
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