La asignatura de religión

Me gustaría contribuir al debate público sosegado y racional añorado por el profesor Zamora Bonilla en EL PAÍS del 24 de septiembre sobre la enseñanza de la religión.A mi juicio, las falacias que realmente afectan a la religión son:

1. La religión no es otra cosa que una aproximación dogmática a la inquietud del hombre en cuanto a sus relaciones con Dios. Esto es metafísico. No encuentro razón alguna para que a nadie le sea enseñado. La religión se busca, no se imparte.

2. La religión, entendida como puro ejercicio intelectual, es fascinante y requiere considerable madurez para ser afrontada. Carece de sensatez que los niños del primer ciclo de primaria, entre seis y ocho años, reciban instrucción alguna al respecto. Tampoco lo comprendo de los del segundo. La religión no se inculca, se escudriña.

3. La religión, en todo caso, es un sentimiento interior, una búsqueda de algo que nos trasciende y no un acontecimiento curricular. La religión no se enseña, se inquiere.

En realidad las falacias yo creo que no son tres, como dice el autor, porque existe una cuarta que es la principal.

4. En nuestro país no se enseña religión, se adoctrina a base de catecismo católico que es una cosa bien distinta y desde luego mucho más pobre. Empecemos por ahí antes de buscar los sofismas en que incurren los demás y sin duda el diálogo será más fácil.-