Yehudi Menuhin: "Temo a los hombres que no cantan"

A sus 80 años, Yehudi Menuhin quiere morir al pie del cañón, entregado a la música y a la lucha contra la intolerancia y el racismo. Infatigable misionero de la paz, su reto actual es crear en Bruselas una "embajada de las culturas" para proteger los derechos de las minorías. "Temo a los hombres que no cantan, porque no saben compartir sus sentimientos a través de la música", afirmó el pasado domingo en Barcelona. El músico, que hoy clausura en Andorra el festival de Ordino, se entrevistó con Juan de Dios Ramírez-Heredia, presidente de la Unión Romaní, para pedirle la colaboración de las organizaciones gitanas en su proyecto.

El legendario violinista y director, nacido el 22 de abril de 1916 en Nueva York, hijo de judíos rusos que emigraron primero a Palestina y después a Estados Unidos, celebra su 80º aniversario con una gira internacional al frente de dos orquestas, la Sinfonía Varsovia y la orquesta del Festival Menuhin, con las que en diciembre actuará en Madrid, Barcelona y Zaragoza. Mantiene una forma física envidiable, da más de 100 conciertos anuales y asegura que nunca ha pensado en retirarse. "Nunca dejaré de dar conciertos porque la música me mantiene vivo", afirma Menuhin, que tiene la agenda repleta hasta el año 2000."Europa debe dar una lección de civilización erradicando la violencia racista que padecen las minorías étnicas", afirma. El proyecto de Menuhin es crear un foro que reúna a los diversos grupos culturales y étnicos que existen en Europa y sirva de interlocutor frente a las instituciones europeas. El anciano músico quiere poner en pie su proyecto a través de la Fundación Internacional Menuhin, creada en 1991, y de diversas instituciones europeas, con las que mantendrá una reunión en Bruselas el próximo 18 de noviembre. Y está decidido a que la comunidad gitana, por la que siente una especial admiración, tenga un papel preponderante. "Es un pueblo que ama la libertad y que ha sido perseguido a lo largo de la historia por ser diferente. Como judío errante, mi vida tiene mucho en común con ellos".

Menuhin, que se entrevistó con Juan de Dios Ramírez-Heredia, quien desde hace años colabora con él, desea que la "embajada de las culturas" posea un consejo integrado por un mínimo de 20 representantes designados por las propias minorías y dispuestos a asumir el liderazgo de su propio pueblo.