"No hay problema, ni me frustro"
Ito, Antonio Álvarez Pérez en su carné de identidad, a sus 21 años, sencillamente vive la vida, aunque pasa por ser el jugador que menos cobra del fútbol español y forma parte del equipo más modesto que haya tenido la Primera División. Recibe del Extremadura más bien poco en una Liga de estrellas. Unos cobran 500 millones y otros cuatro.. "Mucha diferencia, ¿no?", se le pregunta. Y a este mozo de rostro aniñado le sale el tronío rural: "Cuando saltas al campo y tienes enfrente esos fichajes multimillonarios, al principio te impresionas, pero después, narices..."."Nació, vive y le gustaría terminar sus días en Almendralejo; eso sí, con algún paréntesis futbolístico por medio: "A ver si algún grande se fija en mí", dice esperanzado. Sus padres, Pedro y Águeda, poseen una explotación de ganado vacuno con una veintena de animales. Ito es el segundo de cuatro hermanos. Reside en el domicilio familiar y contribuye al mantenimiento de la economía doméstica. Entre las cuatro paredes de su habitación destacan las fotos del Extremadura y la de Isi, su novia, y pequeñas botellas que colecciona . Allí descansa, ve la tele y escucha música pop española.
Su condición de soltero y una vida tranquila y ordenada establecen las condiciones materiales para un futuro aún sin despejar. "Hace poco que he comprado una vivienda unifamiliar que aún se está construyendo". Puntualiza que no hay boda inmediata, "aunque si me fuera a otra ciudad, quizá sí". "En Primera tienes que ser mentalmente fuerte, porque los flojos no llegan. No te puedes venir abajo, porque estás perdido. Las figuras viven de las rentas, los humildes tenemos que estar siempre en el tajo", es su filosofía.
El de Ito responde a un orden perfectamente establecido, donde se mezclan la vida profesional, la familiar y la personal. Entrenamiento por la mañana, almuerzo en casa de los padres, siesta, servicio social sustitutorio en el pabellón municipal y después paseo con la novia, "hasta las doce, que es la hora que nos permite Josu Ortuondo", dice, tras recordar que fue este entrenador vasco, actual técnico del Extremadura, quien le subió al primer equipo con sólo 16 años. Después vino la internacionalidad con la selección sub 18: "Fue en la época de Pereda, pero apareció Goicoetxea y ya sabemos cómo tiró hacia el norte".
Cuando aparca su automóvil Rover 220 y se le recuerda, una vez más, la enorme diferencia económica entre las ganancias de los jugadores, su registro de voz se torna especialmente sensible con la realidad: "Hacemos lo que nos gusta y encima nos pagan por ello. Después ves a los amigos parados y te dices: ¡coño, eres un privilegiado!". Pero tú eres el jugador que menos cobra en Primera. "Pues no lo había pensado, pero no hay problema ni me frustro".
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