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A ritmo de samba

La Liga española se convierte en el paraíso de los futbolistas brasileños

Ramon Besa

El fútbol navega siempre contra corriente. Resulta que la primera temporada en que los jugadores comunitarios han dejado de ser extranjeros, el escaparate español exhibe brasileños. Los hay de todo tipo y condición: zagueros que revientan la pelota con su físico imponente como Roberto Carlos, centrocampistas de recorrido celestial como Rivaldo y arietes de físico y talento extraordinarios como Ronaldo o livianos y de toque como Romario.El muestrario es hoy más cautivador que cuando Evaristo conquistaba a los aficionados de los años cincuenta, más extenso que cuando Luiz Pereira y Leivinha campeonaban con el Atlético de Madrid en los setenta, y de mayor garantía que cuando Marinho, Josimar, Leonardo y Aloisio se dejaron caer por la Liga española como si estuvieran de paso.

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Hoy se podría formar un equipo de primer orden en España con brasileños. Los campeonatos europeos agrupan a un centenar de jugadores -la mitad de los que disputan la cuarta Liga japonesa- procedentes del país más laureado del mundo del fútbol, con cuatro títulos.

El Deportivo contará en diciembre con cinco brasileños: a la partida de Bebeto respondió con la contratación de Rivaldo y el anuncio de los fichajes de Renaldo y Flavio Conceiçao, todos ellos compatriotas de Mauro Silva y de Donato, nacionalizado español. El Madrid ha firmado un contrato de colaboración con el Santos, el Palmeiras y el Sâo Paulo para controlar la cantera brasileña. El Barcelona posee un informe, realizado por su técnico Juan Carlos Pérez Roja tras dos semanas en Brasil, de los 30 mejores jugadores del país. Luizâo, Djalminha, Rodrigo, Carlos Alberto, Carlos Miguel, Emerson y el siempre cacareado Cafú figuran también en la lista de posibles refuerzos del Valencia, otro club en contacto permanente con el mercado brasileño a través del secretario técnico Jesús Martínez.

La inversión de 5.500 millones de pesetas realizada durante este curso va camino de doblarse. Hay una correspondencia entre la oferta y la demanda. Los clubes españoles suspiran tanto por los futbolistas brasileños como los jugadores brasileños por los equipos españoles. No es aún el caso de Portugal, donde gozan de muchas facilidades para disponer de la doble nacionalidad, pero España es una mejor alternativa que Italia para los brasileños, fundamentalmente por dos motivos: por la calidad de vida y por la imagen del fútbol español como espectáculo.

"El sueno de todo brasileño era anteriormente jugar en el calcio", argumenta Mauro Silva. "No había nada mejor que la Liga italiana por su competitividad. El problema es que hoy la Liga italiana es sólo competitividad. No se habla de otra cosa que no sea el resultado". La afirmación del centrocampista del Deportivo es compartida por Ronaldo y, con matices, por la mayoría de sus compatriotas que han sido consultados. "No tengo miedo a caer lesionado", responde Ronaldo. "El fútbol de mi país es más duro que el de España. Me siento feliz en el Bança y lo preferí a las ofertas de otros clubes, sobre todo italianos, por el interés mostrado". "Cualquier liga vive de los resultados", coinciden, "pero, a pesar de todo, hay varios equipos en España que intentan jugar al fútbol'.

La calidad de vida resulta igual de decisiva para un jugador brasileño a la hora de sopesar una oferta. Viven mejor en La Coruña o Barcelona que, por ejemplo, en Parma. "No sé si es por el idioma, el olor a mar, la comida, el carácter de la gente... Hay pocas cosas que te resulten extrañas". Palabras de Mauro, de Ronaldo, de Romario.... jugadores en su mayoría que hasta la fecha aterrizaban en el campeonato español después de un periodo de adaptación en Holanda o en Italia, concretamente en Eindhoven, Parma o Leverkusen, ciudades sede de grandes multinacionales.

Brasil ha dejado de exportar futbolistas exclusivamente a través de acuerdos empresariales. El Bayer Leverkusen ha sido uno de los puntos de destino por los contactos comerciales de la Bayer en Río de Janeiro. Un caso parecido se da con la Phílips, patrocinadora del PSV Eindhoven -en el que jugaron Romario y Ronaldo-, y con Parmalat, firma que ha propiciado la llegada de varios brasileños a Italia.

Brasil recibe hoy directamente a los técnicos de los clubes. Ya no hay tanto intermediario y el mercado está más localizado. No todas las figuras brasileñas han nacido en una favela ni suspiran por montarles una casa a sus padres en la playa de Barra de Tijuca. Es un fútbol más profesionalizado y europeizado.

La 'ley Pelé'

Varios técnicos españoles que viajan con cierta regularidad a la sede de los clubes más importantes de Brasil apuntan que el jugador brasileño es cada vez más completo y competitivo. Bien dotado técnicamente, trabaja mejor el aspecto físico. La imagen del futbolista que despreciaba el gimnasio en favor del balón ha desaparecido y a la vistosidad de su fútbol se une la eficacia. El fútbol a nivel de escuela y de club ha adquirido una tarea específica, y en los entrenamientos se diferencia entre porteros, delanteros, medios y defensas. Hay una Mejor organización.El cambio tiene un punto de partida en una fecha: el 17 de julio de 1994. Ese día Brasil ganó su cuarta Copa del Mundo con un equipo al que sólo le remataron siete veces entre los tres palos en todo el campeonato. El Brasil más defensivo de la historia atrajo a más entrenadores y seleccionadores que el que cautivó a todos los aficionados en España 82 y, sin embargo, se quedó sin recompensa material.

"Existe la sensación que el futbolista brasileño es hoy más trabajador que antes", concluyen varios ojeadores del fútbol español, "pero no hay mejor escaparate que los goles". Y la Liga española dice que cuatro brasileños dominan el Pichichi al término de la sexta jornada: Ronaldo (5) y Rivaldo, Romario y Guilherme, todos con cuatro, los mismos que Raúl, Poyet y Oli.

"Tener un brasileño se ha puesto de moda", dice uno de los entrenadores españoles consultados. Y Brasil se deja querer. El, último en apuntarse ha sido Edson Arantes do Nascimento, Pelé, que hoy ejerce de ministro de Deportes y acaba de dar contenido a la llamada Ley del Pase, por la que los profesionales mayores de 26 años serán dueños de su ficha, sin pagar canon de formación ni Promoción, a partir de enero del año que viene.

"Quiero convertirme en la princesa Isabel de los jugadores", afirmó O Rey, ante la irritación de los clubes que intentan parar por todos los medios la ya llamada ley Pelé, un tipo tan único que incluso su hijo ejerce de portero, la única demarcación maldita en su país y que, por tanto, no tiene excedentes ni posibilidad de traspasos.

"Antes hablabas con Brasil y te invitaban a viajar a Río de Janeiro", apunta uno de los técnicos españoles requeridos. "Hoy, en cambio, descuelgan el teléfono y te dicen: "Si no lleva tantos millones es mejor que no venga". 'Millones de dólares, ¿eh?', aclaran. Ya sólo hablan en dólares".

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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