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Confiscadas propiedades de 'los Charlines' en Portugal por valor de 400 millones

Las autoridades judiciales portuguesas han confiscado cerca de Lisboa, propiedades inmobiliarias adquiridas por familiares y testaferros del presunto narcotraficante gallego Manuel Charlín Gama. El patriarca del clan de los Charlines tiene inmovilizadas en Portugal 11 fincas urbanas y rústicas valoradas globalmente en más de 400 millones de pesetas. Las autoridades investigan transferencias bancarias al país vecino que superan los 1.000 millones de pesetas y cuyo destino aún no ha sido descubierto.La colaboración portuguesa con el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha permitido descubrir parte del patrimonio de los Charlines en Portugal, que se extiende desde el alto Miño a la costa alentejana, al sur de Lisboa. Las investigadores han detectado y confiscado dos grandes fincas destinadas a la producción de vino albariño en Monçao, junto a la frontera con Galicia; un chalé en Mindelo, cerca de Oporto; dos propiedades rústicas en los márgenes de la ría de Aveiro; otros dos inmuebles en Seixal, una casa en Palmela, una antigua fábrica cerca de Setúbal, utilizada supuestamente como almacén de drogas, y otras dos fincas en Melides, en la comarca de Grandola.

La estratégica situación de los inmuebles, siempre próximos la costa, permite suponer que clan desembarcaba y almacenaba alijos de droga en esas zonas para distribuirla por toda la Península y en diversos países de Europa.

La operación contra el clan los Charlines en Portugal aún no ha concluido. Los investigadores siguen la pista de transferencias bancarias que por un valor superior a los mil millones se realizaron desde 13 sociedades vinculadas al clan.

Garzón identifica en su comisión rogatoria el nombre de una decena de personas y sociedad que supuestamente recibieron dinero de los narcotraficantes gallegos, aunque parte de la fortuna está aún por localizar. Una esas empresas, Sochar, dedicadas al comercio de pescado, transfirió presuntamente más de 700 millones a particulares y sociedades portuguesas radicadas e Aveiro, Caldas da Rairiha, Vila Nova de Gaia y Setúbal.

Los investigadores no descatan que el dinero enviado a Portugal fuera blanqueado allí en operaciones legales o transferido posteriormente a paraísos fiscales, entre ellos la isla de Madeira. La compraventa de los inmuebles fue realizada casi siempre por dos de los hijos del patriarca del clan, Manuel y Josefa Charlín Pomares.

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