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González íntensifica su actividad para romper la imagen PSOE-GAL.

Anabel Díez

El PSOE tratará en los próximos días de desviar de su camino todo lo que le relaciona con los tribunales y de fijar la atención en sus mensajes de políticas alternativas a las del Gobierno del PP. En su estrategia entra de lleno la aparición profusa -esta semana, cuatro veces- de su secretario general, Felipe González, al que la formación desea mejor fortuna que la del pasado jueves, cuando fue noticia de máximo relieve por sus apreciaciones sobre lo que habría pasado de haber existido realmente un terrorismo de Estado. La sensación de bloqueo a causa de los casos judiciales invade a muchos socialistas en su búsqueda de hacer una oposición eficaz.

El PSOE no habría querido ser la apertura de los medios audiovisuales el pasado jueves ni ocupar la primera página de los periódicos el viernes por el caso GAL. En tono de enfado, Felipe González declaró en la Cadena SER que, si en España hubiera habido realmente terrorismo de Estado, los muertos de los GAL no habrían sido tan sólo 28, sino 900, en alusión a los asesinatos perpetrados por la organización criminal ETA.A la mayoría de los dirigentes socialistas les pareció acertada, en general, la intervención de González, pero no ocultaron su desánimo al comprobar que la atención pública se centró de forma prioritaria en ese asunto y que, además, se generó una serie de reacciones críticas contra su secretario general. Así las cosas, lo que intentarán en los próximos días será reconducir la situación y que las apariciones públicas de González lleven consigo mensajes de alternativas a la política del Gobierno.González presentará hoy el libro Memorias interrumpidas, del fallecido ex presidente francés François Mitterrand; el miércoles tiene previsto asistir a la entrega del Premio Carmen García Bloise, que ha recaído conjuntamente en Mario Soares, ex presidente portugués, y la organización Médicos del Mundo; el jueves participará en el Congreso en la presentación de unas jornadas de su grupo parlamentario sobre la mujer y el empleo, y el viernes se trasladará a Valladolid para inaugurar otras de reflexión programadas por la federación socialista de Castilla y León bajo el título de Perspectivas. Más tarde irá a Varsovia y Praga pasando, entre medias, por Barcelona para clausurar el congreso de los socialistas catalanes.

Si José Borrell, ex ministro de Obras Públicas, y Joaquín Almunia, portavoz del grupo socialista, empezaron a poner en marcha su planteamiento de respuestas rápidas a las acciones del Gobierno, replicando el sábado a los enunciados sobre los Presupuestos Generales del Estado explicados por el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, el PSOE considera esta semana de máxima importancia para lograr que la atención pública no se la lleve en su totalidad el Gobierno. Tanto el PP como sus socios de CiU utilizarán precisamente estos días para emitir mensajes tranquilizadores sobre los efectos de los presupuestos, según los propios portavoces de los nacionalistas catalanes. Estas mismas fuentes informaron que han desaconsejado una entrevista ahora entre el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, y el del Ejecutivo central, José María Aznar, para no involucrarles de momento en esa tarea explicativa que creen que les corresponde a ellos. Tampoco ocultan que procuraran tapar con su voz la del PSOE.

En esta pugna se encontrarán, pues, unos y otros, y son los socialistas los que encaran la labor más difícil por tener que mostrar de manera creíble qué recetas utilizarían ellos, para hacerlo mejor. En privado, muchos parlamentarios del PSOE consideran inadecuado que siempre sean los ex ministros los que hagan la crítica al Gabinete de Aznar por estimar inevitable que se refieran al pasado y tiendan a justificar lo que ellos hicieron. Entienden que desde esa perspectiva es menos sencillo hablar del futuro y de otras propuestas.

En todo caso, los socialistas califican de clave su trabajo de ahora a diciembre y esperan, por un lado, que el Tribunal Supremo, en noviembre, se pronuncie ya de una vez sobre si Felipe González debe ser o no llamado a declarar en el caso GAL. El otro frente concierne a lo que pueda ocurrir con José Barrionuevo. En definitiva, según un miembro de la ejecutiva, los cálculos apuntan a que entre abril y junio de 1997 "todo [lo judicial] habrá ya acabado".

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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