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Aznar: "Hay, al parecer, 28 asesinatos"

Las duras declaraciones de Álvarez Cascos contrastaron con las que previamente había hecho a La Vanguardia el presidente del Gobierno. José María Aznar, en un tono mucho más comedido que el de su vicepresidente primero, pedía que se olvidaran cuanto antes las secuelas del pasado, sobre todo en relación con las acusaciones de un posible terrorismo de Estado. "No es cuestión de adjetivar las cosas. Hay, al parecer, 28 asesinatos, sobre los cuales se está buscando una responsabilidad. Y me parece bien que la Justicia busque esas responsabilidades y establezca aquéllas que haya lugar", declaró Aznar.El Gobierno, añadió, acatará la sentencia que dicte la Sala Segunda del Tribunal Supremo sobre su negativa a desclasificar como secretos documentos del Cesid supuestamente relacionados con la guerra sucia contra ETA. Aznar lo confirma de la siguiente manera: "Lo que nadie pretenderá es que el Gobierno se declare en rebeldía frente al Tribunal Supremo. Supongo que nadie pretenderá eso. Como no quiero condicionar nada, y como no creo que nadie en su sano juicio pretenda llevar a un conflicto institucional irreparable al país, estoy absolutamente convencido de que las cosas se afrontarán desde la mayor responsabilidad y normalidad por parte de todos, y del Gobierno". Y apostilla: "Si el Tribunal Supremo dicta una sentencia o una orden, el Gobierno está obligado a cumplirla, como es natural".

El presidente del Gobierno reconoce que el acuerdo de no desclasificar los papeles del Cesid ha sido muy complicado: "De todas las decisiones incómodas que yo he tomado, probablemente ésta sea la más incómoda". Y la justifica como un servicio más al país. Aznar concede también, sobre el fallido proyecto de regulación de los secretos oficiales, que probablemente no se afrontó con acierto, y subraya: "No hay ninguna democracia del mundo que abra sus secretos, las actuaciones del servicio de inteligencia, a todo el que quiera".

Aznar concluye que su Gobierno "no tiene la más mínima responsabilidad sobre el asunto de los GAL". Y en clara sintonía con lo manifestado la pasada semana por el ex presidente Felipe González, relaciona muchos de los nuevos escándalos "con terceras personas". González los ligó, indirectamente, con el ex banquero Mario Conde.

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