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Los jueces empiezan a castigar con mas dureza los robos en grandes tiendas

Ana Alfageme

No merece la pena arriesgarse a 2.500 pesetas de multa o un fin de semana de arresto por robar un disco compacto que cuesta 2.000. Así se expresa un responsable de seguridad de un híper para explicar el endurecimiento de los castigos a los aficionados a robar en los comercios. "Además, hay jueces que consideran robo con fuerza en las cosas -que no hurto- el caso en el que el caco manipule el producto para quitarle las alarmas", añaden, También el presidente de la asociación que agrupa a casi todos los híper, José Serrano Carbajal, coincide: "Sí que es cierto que se castigan ahora más, con el nuevo código, los pequeños hurtos".El experto en seguridad lo explica así: ahora se imponen multas de importe superior al valor de lo hurtado; y si no paga, el caco se arriesga a un arresto. Antes se imponían directamente arrestos domiciliarios, que se incumplían.El parlamentario Diego López Garrido, uno de los gestores del Código Penal vigente desde mayo, explica que, por un lado, se ha subido el dintel del delito en el hurto: para cometerlo hace falta llevarse 50.000 pesetas en mercancía. Teóricamente, es mejor para el ladrón. Pero al caco de poca monta, el que es sorprendido con menos de 50.000 pesetas de mercancía robada, el juez puede imponerle multas de uno a dos meses (pagando una cantidad diaria), en función de la capacidad económica del presunto chorizo, y de dos a seis fines de semana de arresto. El que comete delito -roba más de 50.000 pesetas- se arriesga a una pena de cárcel de entre 6 y 18 meses. "Lo que ocurre es que han desaparecido las penas cortas de cárcel, que no se consideraban en absoluto reinsertadoras", explica López Garrido.Según fuentes judiciales, ahora se castiga como robo con fuerza en las cosas a quien se apodera de algo ajeno "inutilizando" para ello "el sistema específico de alarma o guarda". "Ello obliga al juez a imponer una pena mayor", según López Garrido. El castigo, en principio, depende del valor del objeto robado.Serrano Carbajal, directivo de la Asociación de Medianas y Grandes Empresas de Distribución (AMGED), a la que pertenecen casi todas las grandes superficies de Madrid (unas 50 en la región), hace hincapié en el tiempo y el dinero que todos gastan en seguridad, "que es mucho", cuenta. "Somos los mejores en Europa, y así nos lo dicen". Todos los comercios tienen vídeo, vigilantes jurados y protección magnética en los productos; es decir, están teóricamente blindados. Los jefes de seguridad integran un comité que busca el último grito en protección. Vigilar con vídeo la tienda, "su casa", como diría un portavoz de la policía, eslegal. PÁGINA 3

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Robos de Primera

20 cacos al día

VIENE DE LA PÁGINA 1En la supertienda Fnac, de 4.000 metros cuadrados, pese al complejo blindaje que incluye cámaras de televisión, vigilantes de uniforme, antirrobos electrónicos adosados a las etiquetas y dentro de los productos, los cacos -una media de 20 al día, de las que una buena parte son sorprendidos- no madrugan: prefieren robar entre mediodía y la hora de comer o a partir de las 17.30 y hasta las 21 horas. El peor día de la semana es el sábado, seguido del viernes, miércoles y martes. En esta supertienda denuncian al que pillan robando.

El episodio del sorprendido, muchas veces antes de que salten las alarmas, termina con el presunto caco saliendo cabizbajo después de haber perdido su botín o escoltado por dos policías, llevando uno de ellos como prueba el puñado de compactos que tantos trucos y disimulos costó robar. En el caso de un menor, llaman a los padres automáticamente. Y hay medio centenar de rateros conocidos a los que el establecimiento, amparándose en el derecho de admisión, les niega la entrada para proteger a sus mercancías y a sus clientes.En las tiendas Crisol -con 10 centros en Madrid que venden libros, vídeos y discos- denuncian a todo el que pillan en acto flagrante de robo. Fuentes de estos establecimientos aseguran que el robo, "cometido en muchas ocasiones por bandas que utilizan a un hombre para distraer al vigilante y al resto para salir corriendo por la puerta pese a las alarmas con destino a un coche en doble fila con el motor encendido", supone del 1,5% al 2% de todo lo facturado, "es decir, mucho dinero". "Nuestros servicios de seguridad son lo suficientemente buenos como para marcar los objetos valiosos. Además partimos de la base de que el 99,9 de los clientes son honrados", comentaban en un supermercado. Lo que significa que si un padre toma un bollo del estante, lo desenvuelve y se lo da a su hijo, no se interviene: "Siempre pueden decir que van a enseñar el envase a la cajera".Por su parte, en El Corte Inglés son rotundos: "Sobre seguridad no se habla".

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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