Estados Unidos y la ONU presionan a Israel para que cierre indefinidamente el túnel de Jerusalén

Estados Unidos y el Consejo de Seguridad de la ONU presionan al Gobierno de Israel para que cierre indefinidamente la entrada del túnel de la ciudad vieja de Jerusalén, cuya apertura ha provocado el estallido de violencia en Cisjordanla y Gaza. La Casa Blanca ha pedido que el presidente Yasir Arafat ordene a sus fuerzas de policía y a sus seguidores que cesen sus ataques contra el Ejército israelí. Los acontecimientos de los últimos días en los territorios ocupados han puesto, por primera vez en muchos años, a Israel a la defensiva en dos entornos habitualmente favorables: EE UU y el Consejo de Seguridad.

EI Consejo de Seguridad se reunió la pasada madrugada para discutir un nuevo proyecto de resolución, respaldado por los países no alineados, que elimina la condena a Israel recogida en otro presentado por Egipto. El proyecto exige el cese de todos los actos que agravaron la situación y pide el cierre del túnel. La embajadora norteamericana, Madeleine Albright, pidió antes de la reunión evitar la condena y la retórica, "porque estimula el extremismo", según France Presse.][Israelíes y palestinos se acusaron mutuamente, durante la reunión del, Consejo de Seguridad, de ser los responsables de la ola de violencia vivida en los últimos días. El ministro israelí de Exteriores, David Levy, y el jefe del departamento político de la OLP, Faruk Kadumi, mantuvieron un tenso duelo verbal. Levy afirmó que su país no aceptará la culpa por la última crisis y apeló a Arafat a dar "instrucciones claras e inequívocas" a sus policías para que pongan fin a los disturbios, informa France Presse. "Espero que el debate en el Consejo de Seguridad, no. sirva para. imponer una nueva etapa de aislamiento" a Israel y exija a su Gobierno "condiciones inaceptables", añadió. Kadumi le replicó que Israel tenía "toda la responsabilidad en los acontecimientos" y denunció "la actitud arrogante y las provocaciones de su Gobierno", citando entre ellas la extensión de los asentamientos judíos y el cierre de los territorios palestinos. Kadumi pidió el envío de una misión de la ONU a Gaza y Cisjordania para que evaluase la situación.]El ministro de Relaciones Exteriores británico, Malcolm Rifkind, confirmó que su Gobierno iba a presentar esa demanda en la reunión, donde se anticipaba un respaldo de varios países. Parecía improbable, no obstante, la aprobación de una resolución formal porque el, borrador presentado, por Egipto, en nombre de los países árabes, era demasiado radical para el gusto de las demás naciones.

Premiar la violencia

El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, pidió también el cierre del túnel en dos conversaciones telefónicas que sostuvo el jueves con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Pero éste, por el momento, se niega a tomar esa medida porque considera que eso supondría premiar la violencia surgida a raíz de su apertura.

Christopher se ha reunido en los dos últimos días en Nueva York con varios ministros árabes que asisten a la Asamblea General de la ONU con intención de negociar con ellos la reacción del Consejo de Seguridad y de darles garantías de que Estados Unidos no está plenamente del lado de Israel en esta crisis.

La Administración norteamericana se manifiesta, incluso, abiertamente frustrada por la reacción de Netanyahu. "Los israelíes no están cooperando", comentó ayer un funcionario del Departamento de Estado.'

El Gobierno estadounidense considera que era previsible que la apertura del túnel provocara reacciones hostiles entre los árabes, y se ha quejado ante el Gobierno israelí de que diese ese paso sin consultar previamente a la Autoridad Palestina y al propio Estados Unidos..

Algunos analistas han interpretado que Netanyahu estimó que se hallaba ante una buena oportunidad para avanzar hacia la judaización de Jerusalén porque la CasaBlanca, preocupada por las elecciones presidenciales, no podría reaccionar contra Israel.

Un conflicto con Israel puede tener, en efecto, consecuencias electorales negativas para Bill Clinton entre los sectores judíos norteamericanos. Pero Washington encuentra en estos momentos un masivo respaldo entre los judíos norteamericanos al proceso de paz en Oriente Próximo, y cree que cualquier actuación que esté encaminada a fortalecer ese proceso será comprendida por esa influyente comunidad.

Algunas de las organizaciones judías más poderosas, como el Comité Sionista de Estados Unidos, han advertido, sin- embargo, a Clinton que su presión no esté dirigida únicamente contra Israel, y han acusado a los líderes palestinos de manipular las pasiones con el propósito de obtener concesiones políticas.

[También los líderes europeos aumentaron ayer sus presiones al primer ministro israelí y al líder palestino. El presidente francés, Jacques Chirac, el canciller alemán, Helmut Kohl, y el primer ministro británico, John Major, dirigieron "un llamamiento común y solemne" a Netanyahu y a Arafat para que celebren lo antes posible una reunión, informa Efe. "Hay mucho que dialogar y mucho en juego, por lo que espero que haya una reunión", afirmó Major. Por su parte, el Gobierno francés pidió a israelíes y palestinos que "se abstengan de recurrir a respuestas desproporcionadas"].