Veinte muertos por un coche bomba en Argelia
Las bombas volvieron ayer a sacudir Bufarik. Alrededor de 20 personas murieron y otras 100 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba que la guerrilla integrista había aparcado en la plaza del mercado de esta localidad agrícola, situada al 25 kilómetros, al sur de Argel y convertida desde 1992 en escenario permanente de la guerra que enfrenta al Ejército con los integristas. La información oficial habló sólo de siete muertos y unos 20 heridos.
La alta cifra de muertos y heridos fue facilitada por los vecinos y deja en evidencia el intento frustrado de las fuentes oficiales por minimizar la contienda civil de Argelia, en la que ya ha habido más de 50.000 muertos y 5.000 desaparecidos.La explosión se produjo a primera hora de la mañana, en el momento de mayor afluencia de público al mercado semanal, al que acuden los campesinos de la región de la Mitiya para sus compras y ventas. El estallido provocó momentos de pánico, y las fuerzas de seguridad y los grupos civiles de autodefensa acudieron a los accesos de la ciudad con el propósito de impedir la huida de los responsables del atentado.
Horas después, mientras los vecinos de Bufarik estaban en las mezquitas para asistir a la oración del viernes, llegaban a la ciudad las autoridades de Argel. Los primeros en dejarse ver fueron el ministro de Sanidad y el director general de la Seguridad Nacional, que llega ron para controlar la evacuación de los heridos y para dirigir las operaciones de rastreo del comando islamista al que se atribuye el atentado.
La guerrilla integrista demuestra con esta operación que controla de nuevo la región de la Mitiya, la llanura que rodea el Gran Argel, y su capital, Bufarik, a pesar de que el Gobierno había intentado en los últimos meses demostrar lo contrario, para lo que había fomentado la formación de grupos de autodefensa, jóvenes civiles y veteranos de la guerra de liberación a los que se entregaron armas ligeras.
Bufarik ha sido en los últimos cinco años uno de los frentes privilegiados de la guerra de Argelia. Numerosos agricultores que habían huido del campo para refugiarse en esta ciudad se han visto obligados a abandonarla y buscar cobijo en los barrios populares de Blida o Argel. La presión de los islamistas coincide con la de las fuerzas de seguridad, que tratan de proteger por todos los medios los últimos edificios civiles de la población y que aconsejan permanentemente a vecinos y visitantes que se alejen de Bufarik.
Bufarik no es una excepción. La estrategia de los coches bomba en Argelia se inició hace tres años, cuando el Grupo Islámico Armado hizo estallar simultáneamente en diferentes puntos de la capital vehículos con explosivos de escasa potencia. Las detonaciones fueron acompañadas por un comunicado. de la guerrilla integrista en el que se anunciaba que las bombas siguientes serían más efectivas. Así ha sido. Según balances oficiosos, desde principios del pasado verano en Argelia ha habido más de medio centenar de muertos por explosión de coches bomba.
En Bufarik, uno de los últimos coches bomba estalló en agosto de 1995 junto al edificio de la central eléctrica de las afueras de la ciudad. Las cifras oficiales hablaron, entonces de 11 muertos, pero los vecinos dijeron que la cifra era muchísimo mayor.
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