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El hombre-lobo de Allariz

El anuncio de la rebaja de las multimillonarias fianzas a Mario Conde y Arturo Romaní por parte del juez Manuel García-Castellón ayer estupefactos a círculos judiciales y políticos de Madrid. El juez García-Castellón compitió con El Corte Inglés sacándole al menos por un tiempo, una ventaja considerable. En los restaurantes donde se congregan esos círculos, cómo no, la conclusión era ésta: "Ya está. Ha habido un pacto. Ciertos papeles desaparecen y aquí paz y después gloria".Fue la actitud contradictoria del juez García-Castellón con sus propias posiciones anteriores, el hecho de que por primera vez se exteriorizó una gran diferencia entre el juez y el fiscal Orti, y, finalmente, la brevísima y unívoca explicación del auto para conceder la rebaja, los elementos que nutrieron algunos conciliábulos.

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La gente informada veía la sombra de los lobos de Allariz, localidad próxima a Orense, en Galicia, cuna de la licantropía (manía en que el enfermo se imagina estar transformado en lobo) española y nombre del seudónimo que utiliza Conde en sus intermitentes incursiones periodísticas, ordenador en ristre.

El juez García-Castellón rechazó la primera petición de rebaja de Mario Conde y de Arturo Romaní que fue hecha el viernes 19 de enero de 1996. Y para esas fechas el Tribunal Constitucional ya había dado un varapalo al juez Miguel Moreiras por su conducta ante el responsable de la cooperativa de viviendas PSV, Carlos Sotos, que llevaba largos meses en prisión.

García-Castellón se basó en el informe de Orti, quien veía a primeros del año 1906 más indicios para mantener las fianzas que cuando fueron establecidas en enero del año 19951 por el progreso de la investigación sumarial.

Tanto a finales del mes de diciembre de 1995 como en los primero! meses de 1996, el juez redujo la comparecencia de ambos en el juzgado a una sola vez al mes, en lugar de las dos que solían cumplir. También autorizó, sin consultar la opinión del fiscal, a Romaní y a Conde para viajar al exterior. Ambos regresaron de sus periplos respectivos. Romaní de Panamá, Costa Rica y Cuba; Conde de Italia y Francia.

Unos meses más tarde, en su auto de apertura de juicio oral, de 27 de mayo de 1996, el juez se volvió a mantener en su posición. -Habiéndose cumplido por los acusados -decía- los compromisos que tenían con el juzgado para disfrutar de su situación de libertad en la presente causa es procedente mantener tales situaciones de libertad provisional en los términos que fueron decretados para cada uno de ellos"

Peticiones de rebaja

El 19 de julio pasado, en su escrito de defensa, Conde volvía a pedir una rebaja. A continuación, el abogado Miguel Gómez de Liaño, hermano de Mariano, socio y abogado en la sombra del ex banquero, visitó asiduamente a García-Castellón con el asunto de la rebaja de las fianzas de Conde y Romaní.Y., ayer, finalmente el juez dictó su auto de rebaja atendiendo solamente a una de las razones que estableció la sala de lo Penal en su día: garantizar que Conde y Romaní no huyan. Sin embargo, la sala, y el fiscal, hablaron de otras dos: la cuantía de las presuntas apropiaciones indebidas y estafas (7.000 millones en el caso de Conde y 5.000 millones en el de Romaní) y la fortuna de los acusados.

En principio, la rebaja dispuesta en las fianzas no tendrían por qué indicar una nueva actitud del juez instructor, que ya ha dictado su auto de apertura de juicio oral, respecto al contenido del sumario. Pero el fantasma del hombre-lobo de Allariz sobrevoló ayer los círculos bienpensantes de la capital. La comisión rogatoria suiza y sus derivaciones serán la próxima cita con el hombre-lobo y sus socios. Entonces podrá quedar rodada la película del "caso Banesto".

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