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Vacío de gobierno

Hace algo más dieciséis años, en mayo de 1980, al finalizar la sesión del pleno del Congreso de los Diputados en la que Gregorio Peces Barba anunció la presentación de una moción de censura por el PSOE contra el presidente Adolfo Suárez, anuncio al que respondió el vicepresidente Fernando Abril con el que, posiblemente, ha sido el discurso parlamentario más deslabazado y caótico desde el 15 de junio de 1977, Miguel Roca comentó en los pasillos de la Cámara que "el discurso del vicepresidente no lo hemos entendido ninguno, pero me temo que lo acabaremos pagando todos".La trayectoria seguida por el Gobierno de José María Aznar desde la investidura, pero sobre todo la de este último mes tras las vacaciones veraniegas, me ha traído a la memoria esta anécdota de la vida parlamentaria de nuestros primeros años de democracia. Tengo la impresión de que la acción de gobierno del PP no la está entendiendo nadie y me temo que lo acabaremos pagando todos.

Esto es lo que resulta más llamativo de estos meses de ejercicio del poder por parte del PP. Después de tantos años en la oposición y de haber ocupado gobiernos de comunidades autónomas y de grandes municipios, parece increíble que el Gobierno, a los seis meses de haber ganado unas elecciones generales, no sepa qué hacer con el poder y no sea capaz de explicarle a los ciudadanos el por qué de la acción de gobierno.

Y menos mal que tenemos Maastricht. Da miedo pensar cómo estaríamos sin ese punto de referencia. Entonces sí que la acción de gobierno resultaría absolutamente ininteligible.

En sí misma esta situación no resultaría particularmente preocupante, si no fuera por la confluencia de dos circunstancias.1º.Este Gobierno es el primero de la derecha española que alcanza el poder desde la oposición. Adolfo Suárez ganó dos elecciones, pero era presidente del Gobierno antes de ganarlas y además fue en la transición y no en un sistema constitucional asentado. Este es el primer Gobierno de la derecha española democráticamente normalizado. Y sería de suma importancia que agotara la legislatura con normalidad.

2º. El PSOE, tras casi catorce años en el poder, no es en estos momentos una alternativa inmediata de gobierno. La sociedad española ha puesto al PSOE en condiciones de hacer oposición, pero no en condiciones de ocupar el gobierno de manera inmediata. No existe en España ahora mismo un partido de oposición que pueda cubrir un "vacío de gobierno". El PSOE no puede presentar en estos momentos una moción de censura, como lo hizo en el ochenta.

La confluencia de estas dos circunstancias es la que hace que el sistema político español se encuentre en una situación de notable fragilidad. La ausencia de una acción de gobierno clara y que resulte comprensible para los ciudadanos es siempre una enfermedad importante en un sistema, político. Cuando se combina con las dos circunstancias mencionadas, dicha enfermedad puede complicarse con "infecciones oportunistas" de todo tipo.

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El discurso político de Anguita de estas últimas semanas, las opiniones de determinadas tertulias y medios de comunicación, la propia intervención de los obispos en la polémica, la iniciativa de HB de abrir conversaciones con los sindicatos de funcionarios de prisiones... El deshilachamiento empieza a ser llamativo.

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