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"El problema de la piel oscura"

La vida para los inmigrantes ilegales en Madrid es complicada: encuentran deficiencias asistenciales para cuidar su salud, numerosas trabas para encontrar vivienda y escasos centros educativos donde puedan aprender castellano para lograr una verdadera integración social. Pero se topan con las mayores dificultades cuando buscan trabajo y tratan de legalizar su situación, para la que necesitan un contrato laboral estable. Además, soportan un desgaste moral cotidiano aún peor: "la discriminación racial", según relatan.Uno de ellos, Mohamed, marroquí de 30 años, explica: "Sólo por tener la piel más oscura, la policía me para a cada paso. Me llaman moro los agentes y me tratan con desprecio". Mohamed, de pelo rizado y largo, vestía vaqueros desgastados, una camiseta negra sin mangas y una camisa desabrochada por encima. Su conversación con el periodista se mueve con recelo."Si olvidas en casa la documentación, te detienen, te llevan a comisaría y te hacen esperar allí 5,10 o 12 horas, lo que les dé la gana", se queja. Mohamed esperaba a su novia española en el Retiro. Llegó en 1989 a España tras pasar varios años como inmigrante en Alemania y Holanda. "Allí la gente es más educada y tiene menos prejuicios raciales" apunta.

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Dos años de inestabilidad transcurrieron hasta que pudo legalizar su situación como residente en España. Trabajó en la huerta valenciana por 4.500 pesetas la jornada de ocho horas. Luego se mudó a Alicante, donde se ocupó 10 horas diarias durante siete meses recogiendo basura en un camión municipal. Cobraba 115.000 pesetas al mes. Dejó el camión de la basura y se metió como cocinero en un restaurante. Allí trabajaba 12 horas diarias.Asistencia sanitaria

Mohamed conoce los problemas de asistencia sanitaria que sufren los inmigrantes por propia experiencia. Fue apuñalado por una banda de rapados en Madrid hace dos años. La navaja penetró cerca del corazón. Tras una intervención de urgencia, le quedó un coágulo de sangre en el pecho. Dos días después, el dolor se hizo insoportable. Llamó a una ambulancia y a la Policía Local, pero no quisieron atenderle, según su versión. "Tuve que llamar a. mis propios amigos para que me llevaran al hospital", dijo. -

Las organizaciones no gubernamentales ofrecen asistencia desinteresada a inmigrantes legales o no regularizados. "Médicos del Mundo tiene un centro en Madrid [calle de la Corredera de San Pablo, 25; teléfono 5234116] con 80 voluntarios, en el que se atienden a los inmigrantes enfermos. No tenemos equipamiento para cubrir todos los servicios, por lo que los médicos voluntarios nos hacen servicios bajo cuerda en sus centros de trabajo", explica Concha Colomo, vicepresidenta de la organización sanitaria.

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Los inmigrantes, además, encuentran dificultades para hallar un piso: "Los caseros no nos quieren alquilar, desconfian", se lamenta Mohamed.

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