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Interior y el servicio secreto planearon en 1988 el secuestro de Josu Ternera

Los máximos responsables del Ministerio del Interior y del Cesid planearon en 1988 el secuestro en Francia del dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, para neutralizar su influencia negativa sobre la negociación, según ex mandos de la lucha antiterrorista de la etapa socialista.Sin embargo, al considerarse que tal secuestro podría influir negativamente en la marcha del proceso de Argel, Interior optó finalmente por entregar todos los datos sobre su ubicación a la policía francesa para que ejecutara su detención. Así, Ternera fue detenido en Bayona el 11 de enero de 1989, tres días después de que ETA declarase una tregua unilateral.

Con el secuestro, Interior y Cesid pretendían diversos objetivos: apartar de la dirección de ETA a un histórico que se había mostrado contrario al diálogo.

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El 9 de enero de 1988 EL PAIS informaba que en la dirección de ETA se enfrentaban Josu Ternera y Francisco Múgica Garmendia, Pakito, contrarios a reabrir el diálogo en Argel, roto tras un atentado con 11 muertos en Zaragoza en diciembre de 1987, y quienes defendían la tesis contraria como Eugenio Etxebeste, Antxon.

Golpe de efecto

También se buscaba un golpe de efecto frente a ETA y mostrar la pasividad francesa, al dejar en evidencia a los servicios de información galos. La idea entrañaba secuestrarle en territorio francés, aunque se simularía lo contrario, para después interrogarle y entregarle a la Audiencia Nacional.Sin embargo, según fuentes conocedoras de la operación, nunca se llegó a concretar qué departamento ejecutaría el secuestro. Interior delegó en el Cesid toda la preparación. Dirigentes de HB tuvieron una labor destacada en la ubicación del escondite de Ternera, así como una supuesta carta interna sobre "lo que cuesta mantener a los presos" enviada a dicho dirigente etarra junto con extractos bancarios del abogado y dirigente abertzale Txema Montero, a quien se intentaba atribuir un enriquecimiento. El letrado tachó la misiva de "falsificación" policial. La policía interpretó que Ternera investigaba las acusaciones. Montero visitó al dirigente etarra horas antes de su detención, hecho que el segundo justificó en la necesidad de hablar sobre la tregua. El seguimiento policial de ese contacto facilitó la detención de Ternera por la policía francesa.

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Ex mandos de la lucha antiterrorista niegan que se experimentase con mendigos para preparar el secuestro de Ternera. Esta versión es corroborada por agentes del Cesid que tuvieron relación con esta operación.

Al mismo tiempo, estas fuentes recuerdan que la Justicia no actuó contra Julián Sancristóbal cuando en 1983 asumió como responsable de seguridad la tentativa de secuestro en Francia del etarra José María Larretxea, que supuso la detención de varios geos en el país vecino.

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