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42 años en secreto

Un madrileño dona al Ayuntamiento la primera piedra de la Ciudad Lineal, que guardaba en su jardin

Lunes, 16 de julio de 1894, siendo regidor de la villa don Álvaro de Figueroa y Torres, a la sazón conde de Romanones. El arzobispo obispo de Madrid-Alcalá, José María de Cos, bendice con mayestático gesto un bloque de mármol blanco ante los ojos emocionados de un madrileño de 49 años Arturo Soria y Mata. Se trata de la primera piedra de la Ciudad Lineal, la que promete ser obra cumbre de la arquitectura racional y geométrica "aquélla que hermanará", proclama Soria, "al obrero y al burgués". Su sueño se desvaneció con los años, y el mismo episodio bautismal cayó en el mayor de los olvidos. Pero un vecino de la calle que lleva su nombre, Rafael Munguira Santos, sabía mucho de aquella primera piedra; tanto que desde 1954 ha convivido con ella en su jardín. Ahora se ha decidido a donarla a la ciudad, "como bien común", después de haber sido, durante 42 años, su secreto mejor guardado.Munguira, madrileño de 72 anos, se mudó a Arturo Soria en una época en la, que el barrio había perdido buena parte de su esplendor. Y, aunque no pudiera ni sospecharlo, eligió para edificar su chalé la finca sobre la que se levantaba la ruinosa sede central de la Compañía Madrileña de Urbanización, la sociedad con la que Soria quiso construir "un anillo de 50 kilómetros alrededor de la ciudad, uniendo Madrid con los pueblos de Fuencarral, Vicálvaro, Vallecas, Carabanchel y Pozuelo de Alarcón". En un rincón, entre montañas de decrépitos escombros y pegotes de cemento, encontró la piedra. Entera, aunque fuera casi de milagro.

"Nadie había reparado en ella ni conocía su valor", recuerda Munguira. "Yo leí la inscripción, comprobé lo que era, la limpié a conciencia y la coloqué sobre un pequeño pedestal, en el mejor rincón del jardín". Allí ha pasado, celosamente guardada, casi medio siglo. Ningún alcalde o concejal de la ciudad supo jamás de su existencia. "A nadie le dije ni una palabra. Sólo a algún conocido, siempre que me preguntara. La quería para mí", reconoce Munguira..

Ahora este ex constructor nacido en Argüelles ha decidido cambiar de vivienda, pero no se perdonaría que su macizo tesoro de 40 por 35 por 32 centímetros acabara hecho añicos en el fondo de algún contenedor. Y explica: "Es una pieza bastante original, con una cruz labrada en cada cara. A los vecinos de esta zona les interesará". De momento, al concejal del distrito, Javier Delgado, le ha entusiasmado saber de ella. "Arturo Soria era un genio, un adelantado a su tiempo, y esto es como. recuperar un, trocito de la historia local.._ A Delgado le queda por dilucidar dónde ubica el emblemático cubo de marmol, "aunque podría ser", adelanta, "en la planta baja de la misma junta municipal, en un lugar noble y con estilo, de manera que la vea mucha gente". Alvarez del Manzano ya está sobre aviso y ha dado su visto bueno a la cesión. La memoria del quimérico Arturo Soria se lo agradecerá eternamente.

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