El autor argentino Mario Paoletti retrata a Benedetti en una biografla literaria

El uruguayo Mario Benedetti, a sus 76 años, sólo se arrepiente de un muy lejano incidente con su padre, y de su obra le gustaría quitar la etiqueta de escritor político. Con sus características modestia y timidez, así lo explicó ayer en la presentación de El aguafiestas (Alfaguara), la biografía que sobre él ha realizado el escritor argentino Mario Paoletti a partir de 30 horas de conversación. "Dejando aparte el periodismo", dijo Benedetti, "en mis novelas y poemas la política es accesorio".Escrita desde una complicidad en ocasiones crítica, El aguafiestas tiene un tono más literario que lo habitual, y dialoga además entre varios géneros. No pretende ser ni cronológica ni exhaustiva, e insiste en algunas líneas, como la fidelidad y constancia de Benedetti en su actitud de aguafiestas. Esto es, un permanente recordatorio, incluso en las circunstancias más aparentemente tranquilas, de las injusticias y desigualdades.

Según dijo ayer Benedetti, junto con la muerte de su padre el momento más bajo de su vida fue la desaparición, chupado en Argentina, de Zelmar Michelini, dirigente izquierdista uruguayo, que inició sus cuatro años de segundo exilio en Cuba.

"Cuba sigue siendo un hecho fundamental en América Latina" ' dijo ayer Benedetti, "pero yo, que llegué a participar en la junta directiva de Casa de América, nunca fui un incondicional. Siempre mantuve una actitud crítica. Yo estoy contra la pena de muerte, por ejemplo, que se mantiene en Cuba, y considero que podrían haberse producido algunas aperturas". Dicho lo cual, añadió: "Considero que si hoy la revolución cubana fuese derrotada, sería una catástrofe para América Latina. El pecado de Cuba es que, a diferencia de China, es un mercado pequeño, de sólo diez millones de personas".

El escritor y biógrafo Mario Paoletti cumplió cuatro años de cárcel en la dictadura argentina. Si eligió a Benedetti para una biografia fue porque la suya hila en cierto modo los momentos fundamentales de la izquierda latinoamericana en el último cuarto de siglo, y por su constancia en la crítica independiente. "Hay un modo benedettiano de decir no", dijo Paoletti.