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California firma la ley que permite castrar a los pederastas

Una inyección a la semana para rebajar los niveles de testosterona. A partir de ahora, esta "receta" será aplicada en California a todos aquellos condenados por abuso sexual reiterado de menores cuando salgan de la cárcel y mientras se encuentren en libertad condicional. El que no quiera la inyección -considerada como una castración química porque inhibe el deseo sexual- tiene la posibilidad de someterse a una castración quirúrgica. La medida, que cuenta con amplio respaldo político y social, es criticada por los que creen que viola derechos constitucionales y que no es eficaz. Otros cinco Estados la están debatiendo.El gobernador del Estado, Pete Wilson, explicó al firmar la ley: "Los que cometen abusos sexuales contra niños no pueden dejar de hacerlo porque sufren una compulsión que les obliga a ello, y por esa razón damos este paso, dictado por el sentido común: para eliminar este malsano impulso que se da entre los criminales más enfermos".

La ley ha sido aprobada por las dos cámaras sin encontrar mucha resistencia entre los legisladores, porque toda medida contra los autores de delitos sexuales sobre menores alcanza altas cotas de aceptación en la sociedad. Según su texto, cualquier hombre o mujer -la proporción de mujeres es ínfima- que obtenga la libertad provisional después de haber sido condenado previamente en dos ocasiones por abuso sexual de menores debe recibir semanalmente una inyección de un inhibidor químico. El más utilizado es el DepoProvera, un contraceptivo femenino que en el caso de los hombres disminuye los niveles de testosterona.También al primer delito

Los jueces y jurados que se ocupan de primeros delitos de abuso sexual tienen también la facultad de imponer el tratamiento. Los condenados pueden evitarlo si optan por la castración quirúrgica, que es definitiva, a diferencia de la inyección: la media de libertad, condicional para condenados por abuso sexual de menores es de tres años en California.

Los argumentos a favor de la castración química se basan en varias estadísticas. El Departamento Penitenciario de California indica que la mitad de los condenados por abuso sexual de menores reincide durante el primer año de libertad condicional. La proporción se eleva al 75 % si se tienen en cuenta los dos primeros años. El uso de la testosterona en varios países europeos, aseguran los defensores de la medida, ha conseguido disminuir la reincidencia entre un 75 y casi un 100%.

En contra de la castración química se han alzado las voces de la Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU) y otros grupos, que consideran que la ley viola la 8ª enmienda de la Constitución, que protege de los castigos crueles o inusuales, y otras disposiciones que garantizan los derechos privados y la capacidad de procreación.

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