Suicidio en el Sur de 11 espias norcoreanos

Es como una película de James Bond ambientada en la guerra fría, cuyo episodio más caliente fue el conflicto bélico de Corea (1950-1953). Once norcoreanos que desembarcaron en Corea del Sur desde un submarino fueron hallados ayer muertos a tiros, probablemente por su jefe, que también se quitó la vida. Parece un suicidio colectivo. Según el Ministerio de Defensa, uno de los infiltrados fue detenido y otros ocho o nueve son objeto de una gigantesca caza del hombre con miles de soldados y policías que incluye el toque de queda en la zona de los incidentes, a unos nueve kilómetros al sur de Kangnung, al este del país. En el submarino, ínutilizado tras estrellarse contra las rocas e incendiarse parcialmente, se encontró una nota en la que se decía: "Cumpliremos nuestra misión hasta a muerte".

El norcoreano detenido -que no opuso resistencia aunque iba armado con una pistola- dijo llamarse Li Kwang-Su y tener 31 años, y declaró que el submarino (de 34 metros de es lora, 4 de manga y 330 toneladas) había partido del puerto norcoreano de Wonsan. En él viajaban más de 20 personas, que formaban parte supuesta mente de una unidad especial de espionaje dependiente del Partido de los Trabajadores (comunista), en el poder en Pyongyang, aunque otra versión apunta a su pertenencia a la llamada Oficina de Reconocimiento del Ministerio del Ejército Popular, uno de los seis departamentos encargados de infiltrar espías en el Sur.El sumergible chocó contra las rocas cuando "intentaba desembarcar agentes equipados con armas de combate de fabricación checa y otro material", según el Ministerio de Defensa. Aparentemente, los muertos, casi todos de unos 20 años, constituían la tripulación de la nave, y el que tenía junto a él la pistola, presunto verdugo en el. suicidio colectivo, era el capitán, en tanto que los huidos parecían tener la misiórn de infiltrarse en el Sur.

El navío fue descubierto por un taxista al filo de la medianoche del martes. Estaba encallado entre rocas. A bordo había armas automáticas y su munición correspondiente, así como calzado y comida enlatada.Cerco total

Miles de efectivos de las fuerzas de seguridad con perros rastreadores buscaban anoche en las proximidades de la zona en la que se encontró el submarino, con ayuda de numerosos helicópteros. Se establecieron controles en todas las carreteras, como parte de una operación en la que no faltaron navíos de guerra y aviones de re conocimiento. Un cerco total.

Dos de los infiltrados huidos se vieron envueltos durante un cuarto de hora en un tiroteo cerca de Kangnung a las 10 de la noche (15.00 hora peninsular española) tras robar comida cigarrillos a punta de pistola. Ambos lograron escapar. Corea del Sur denunció el incidente como una ruptura del acuerdo de armisticio que puso fin a la guerra que se desarrolló entre 1950 y 1953 y que consolidó la división de la península en dos Estados ideológicamente enfrentados. Sin embargo, el pasado abril, Pyorigyang anuló este compromiso unilateralmente y envió durante tres días tropas a la zona desmilitarizada y a Panmunjon, la llamada aldea de la tregua en el paralelo 38, la línea de separación entre los dos Estados.

"Es una gravísima infiltración", dijo el director de operaciones del Estado Mayor, Kim Dong-Shin. Un gabinete de crisis se reunió presidido por el ministro- de Reunificación, Kwon O-Kie, quien señaló que la infiltración es una "amenaza directa a la seguridad nacional".El incidente tiene lugar no muy lejos de donde, en noviembre de 1968, desembarcó más de un centenar de agentes norcoreanos. Sólo cinco de ellos sobrevivieron a los combates con el Ejército, que durante una semana lanzó una impresionante cacería humana. Unos 70 civiles y soldados murieron también en los enfrentamientos. En enero de ese mismo año se había producido otra incursión no menos grave: 31 agentes lograron llegar hasta las proximidades de la residencia del presidente Park ChungHee, al que supuestamente pretendían asesinar, antes de ser exterminados 28 de ellos.

La agencia Yonhap aseguraba ayer que uno de los capturados durante la última operación citada, Kim Shin-Jo, consideró probable que uno de los objetivos de la misión del submarino fuese repatriar a un agente de especial importancia. "Probablemente la nave chocó con las rocas, lo que obligó a desembarcar a todos sus ocupantes afirmó. Algunos sin tomas de huida bajo el pánico, como el abandono de armas (una ametralladora y varios rifles, entre ellas) en el submarino y de chalecos salvavidas, llaves y uniformes militares en una carretera, abonan esta hipótesis.

Los. cuerpos de los 11 norcoreanos muertos, vestidos con pantalones vaqueros, camisas y zapatillas de deportes, fueron hallados en medio de impresionantes charcos de sangre en lo alto de una colina.