Francia, dividida por la visita del Papa
Juan Pablo II inicia hoy un viaje a Francia, el 74º al extranjero de su pontificado y el quinto a ese país, que representa una prueba doblemente dura. El Pontífice deberá afrontar las protestas de sectores laicos guardianes de la separación acordada en 1905 entre el Estado y la Iglesia, que se quejan por la financiación con dinero público de la visita, y lo hará con un exigente programa que incluye siete desplazamientos aéreos y 12 discursos en cuatro días. Pese a la mala salud, por la que será hospitalizado el 6 de octubre, el Papa no ha querido faltar al XV centenario del bautizo de Clodoveo, un bárbaro que anticipa la historia católica de Francia.
El bautizo de Clodoveo, celebrado en Reims el 25 de diciembre del año 498 o 499, será conmemorado como si se tratara del nacimiento de la nación francesa, con un acto solemne al que asistirá Jacques Chirac, presidente de la República. Con vistas a esta efemérides, el Papa envió el pasado mes de diciembre un mensaje a los católicos franceses en el que les invitaba a "renovar la fidelidad" a las promesas de su bautismo.Pero Clodoveo no reinó sobre Francia, sino sobre una serie de territorios centroeuropeos, que él amplió hacia el sur de la Galia gracias al apoyo de Roma. Su conversión tuvo una amplia vertiente estratégica e interesada. Inauguró, sin duda, la larga alianza entre la monarquía francesa y la Iglesia de Roma.
El realce dado al XV centenario, en el contexto de la autoridad moral universal que pretende este Pontífice y del reforzamiento de sus relaciones con las autoridades neogaullistas, ha suscitado fuertes reacciones en el país del relativismo. La protesta partió de medios laicos, pero se ha extendido también a muchos católicos, indignados por la marginación de monseñor Gaillot, el obispo de los pobres, y disconformes con la línea que marca el Vaticano. Francia se ha dividido así en dos bloques: el del rechazo a Clodoveo, y el de los que comulgan con la idea de que el bautismo de un bárbaro dio origen a la nación francesa.
Apoyo integrista
Estos últimos tienen sus exponentes más exaltados en elementos, integristas del clero, que no pueden faltar en el país de Marcel Léfèbvre, recuperado para la Iglesia por Wojtyla, y en la extrema derecha política. Jean Marie Le Pen, el líder del Frente Nacional, ha asegurado que asistirá a las celebraciones de Clodoveo, aunque no le inviten. Éstas se desarrollarán en la catedral de Reims, donde eran coronados los reyes de Francia. Antes, el Papa visitará, partiendo de la ciudad de Tours, la localidad de Saint Laurent-sur-Sèvre, que en 1793 fue el centro de la revuelta católica y monárquica contra las, autoridades revolucionarias.
Tal es el contexto en el que se han movilizado asociaciones como SOS-Racisme, Reseau Voltaire y otras con nombres como Vade Retro Papanás o Malvenido, Papa, que promueven movilizaciones de protesta al grito de "respeto del laicismo" o "el Papa no puede imponer' un orden moral en Francia". De telón de fondo, problemas concretos como las fricciones entre la escuela pública y privada o el auge de la ultraderecha. Los ánimos están exaltados. Hace dos. semanas fueron desactivadas dos bombas rudimentarias en la iglesia de Saint Laurent, que visitará, el Pontífice.
La protesta ha, comenzado pronto, y, al final, quizá no pase gran cosa. Pero Juan.Pablo II deberá soportar en cualquier caso, los problemas de sus enférmedades y la minuciosa atención que los medios de comunicación prestarán a sus gestos y expresiones para tratar de descifrar cómo evoluciona la apendicitis crónica que le acaba de ser diagnosticada y por la que será internado el próximo 6 de octubre. Un avión Falcon 900 dotado de servicios médicos y un Airbus A-3 10 están preparados por si surge una emergencia.
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