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VUELTA 96

"Nunca en mi vida he tenido estos nervios"

Rominger estalla de alegría mientras Induráin habla de la 'crono' "más rara"

Carlos Arribas

, "Referencias, dadine referencias".. No fue en carrera -el lugar más lógico, por otra parte- donde Rominger exigió a los suyos precisión. Como el suizo había perdido más de siete minutos en el corte de Albacete, le tocó salir con los malos, mucho antes que sus rivales por el triunfo en la contrarreloj. No, Tony Rominger no vivió hasta saber que había ganado la contrarreloj, o sea, hasta 90 minutos y dos segundos exactos después de terminar su actuación.' Los volvió locos a todos en esa hora y media. A los periodistas que se arremolinaban en tomo al autocar del Mapei -"no quiero hablar, decidine cómo van los demás- y a sus auxiliares, a los que cada medio minuto enviaba a hacer el recado. Y se volvió loco él, ya sentado en la antesala del control antidopaje, mucho tiempo después. "Mauri recorta", le decía uno. Y él torcía el gesto. "No, es un error, sigues sacándole más de un minuto". Más alegría. "Sólo quiero que este viento fastidioso sople igual para todos, que no se calme, que todos sepan lo que es no encontrarse encima de la bici, lo que es no coger nunca un ritmo bueno". Tony Rominger, en esos momentos,- sólo quería una cosa en la vida: ganar la contrarreloj. Con los últimos kilómetros de Zülle sufrió como un perro. Las radios no daban tiempos, la pancarta de meta estaba apagada, pero él quería saber. "No sabéis lo que es hacer una contrarreloj sin referencias", decía. Y pedía las de Zülle. "A cinco kilómetros sólo le sacas siete segundos", se le dice. "Que no pare el viento, que no pare". Los dos últimos kilómetros, sin noticias, ni los últimos metros. Sólo una explosión al oír el mágico: "Has ganado por dos segundos". Se levanta del banco con un viva y se abraza, casi llorando de alegría, con su fiel Torrontegui. Y ya liberado, y antes justo de entrar a mear por fina, un uf. ".Nun ca en mi vida había estado tan nervioso". Fue como un parto el rearme sentimental del suizo que sabe que no ganará su cuarta Vuelta. "Ojo a Induráin, que todavía puede".El rearme moral de Induráin fue frío y técnico. Mientras Echávarri hablaba de un Induráin "muy motivado, metido en carrera" y aquejado de un exceso de prudencia", el navarro sólo narraba sus experiencias. "Ha sido la contrarreloj más rara que he disputado nunca", explicó. "He tenido que ir regulando continuamente con el cambio por el viento. "No me ha gustado nada cómo me ha salido". Induráin, el regular, sacó también conclusiones positivas. "Pero a pesar de no estar bien, el resultado final no es malo. Un minuto puede ser mucho, pero aún queda mucha Vuelta".

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La de Manolo Sáiz sí que fue una verdadera explosión de alegría. "Ahora sólo depende de nosotros lo que queramos conseguir", dijo.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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